La construcción industrializada (CI) es el conjunto de técnicas y procesos más innovadores en la construcción, en que los componentes estructurales y constructivos se generan en fábrica, se transportan a la ubicación de la obra y allí finaliza su proceso de ensamblado y montaje. Es lo que se conoce como construcción offsite. Así, el diseño y la producción están estandarizados y los procesos automatizados. Todo esto proporciona una ejecución más cuidada y reglada que se cierne a unos estándares de calidad mucho más exigentes que en una obra de construcción tradicional.
Con la aprobación del Código Técnico de la Edificación (CTE) en 2007, el marco normativo se ve modificado y genera un margen de actuación más amplio en el diseño y en la innovación de la construcción. El CTE supone un margen prestacional, donde se insta al técnico a ceñirse a unos procesos y unos sistemas constructivos controlados, aunque no es comparable con la estandarización que ofrece la industrialización. Por ello, en España sigue primando la construcción tradicional, mientras que en muchos países europeos la CI ya alcanza el 50%. En la construcción industrializada se pone en valor cada una de las características y sistemas que componen el todo del proyecto. De este modo, el sector se enfrenta a un cambio necesario e inminente que va a revolucionar la construcción desde dentro.
La homogeneización de criterios de construcción y de calidad -tanto en desarrollo de proyectos como en acabados- es una de las principales ventajas de la CI. La vivienda industrializada pasa por unos procesos de calidad mucho más restrictivos, en los que se tienen en cuenta factores tan importantes como pueden ser la hermeticidad, un buen aislamiento y sistemas de ventilación de alta eficiencia energética que garantizan el confort óptimo de la vivienda.
No obstante, hay otros valores menos tangibles que hacen de la construcción industrializada un valor en alza y la convierten en una necesidad para el sector de la construcción. Algunos de los más reseñables serían la rapidez de ejecución y el ahorro de recursos. Además, reduce el impacto medioambiental y favorece la sostenibilidad energética de los edificios, sirviéndose de medios naturales y tecnologías de innovación.
Años atrás, el proceso de construcción comenzaba con la concepción de la promoción inmobiliaria por parte del promotor y posterior elaboración de un proyecto. También la metodología BIM empezaba a irrumpir en la metodología fabril, como sucedió en Siber, aunque sin llegar a convertirse en un estándar generalizado dentro del mundo de la arquitectura. Por ello, el desarrollo de un proyecto como el de las 151 viviendas sociales en Barcelona con un planteamiento industrializado es una idea ambiciosa a la par que totalmente ejecutable y que servirá de ejemplo para el resto de construcciones que se estén desarrollando en el momento.
El hecho de que la cantidad y la calidad de la mano de obra se haya visto mermada en los últimos tiempos, ha generado la necesidad de instaurar procesos estandarizados que tiren más del ambiente fabril que de la poca mano de obra especializada restante en el país. De este modo, la industrialización supone un paso adelante en la eliminación de procesos innecesarios y en la mejora de los ya instaurados por el CTE.
Tener cabida en cualquier tipo de obra
Hoy, la necesidad pasará a manos de los promotores privados y las entidades públicas, que deberán ser los principales impulsores a nivel económico y estratégico para que la CI sea una modalidad constructiva que pueda tener cabida en cualquier tipo de obra.
Respecto al campo de la ventilación, el CTE contempla que la extracción de aire de los lugares húmedos de una edificación tendrá que quedar compensada con el aporte de aire por parte de los locales secos. En la construcción tradicional, ante la falta de estanqueidad se genera una ventilación no controlada a través de filtraciones en los paramentos exteriores, que provoca una falta de confort interior para los usuarios del espacio, ya que el aire que se cuela del exterior por dichas filtraciones no se encuentra a la temperatura de confort interior.
Por otro lado, con los sistemas de ventilación que Siber ofrece al mercado de la vivienda industrializada es posible disponer de dicho confort a partir de una VMC de simple flujo -como nos sugiere el CTE- o dar mayor calidad de aire a través de los sistemas de doble flujo con recuperación de calor y filtración del aire en el aporte de los locales secos. Industrializada o no, nuestra vivienda debe de tener una correcta ventilación para sentirnos confortables en ella.
Siber cumple con el objetivo de fomentar el compromiso con la sostenibilidad entendida desde su triple vertiente: tecnológica, económica y social. Contando con un bajo impacto ambiental, favoreciendo procesos de fabricación sostenibles donde se produce solo lo necesario y se ejecuta 100 % en seco, sin residuos y con un menor consumo de energía.
Además, contamos con el Sistema Integral Industrializado Modular (SIIM), creado entre varias empresas como Thermochip, Velux y Uponor para facilitar los procesos de diseño y ejecución de proyectos con trazabilidad absoluta, permitiendo alcanzar mayores parámetros de eficiencia en la construcción. La ligereza del SIIM mejora la calidad del resultado final y permite acometer proyectos de forma más rápida, rentable y limpia.
Siber también se encuentra en la Plataforma de industrialización de la vivienda (PIV) y en el Offsite Construction Hub (OCH) donde comparte sinergias y desarrolla actividades en el ámbito de la edificación, relacionadas con la industrialización e innovación del proceso de edificación.
| Nombre | Ana Martín Ayala |
|---|---|
| Empresa | Siber |
| Cargo | Coordinadora Nacional de Promotoras |
| Biografía | |
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