El Consorcio Passivhaus aprovechará el 5 de marzo, Día Mundial de la Eficiencia Energética para promover las ventajas de la construcción pasiva. Quizás este concepto de construcción se merezca más que otros celebrar esta fecha, ya que antepone la eficiencia energética a todas las otras medidas.
Desde hace años sabemos que la mayoría de los edificios existentes despilfarran la energía y contaminan el medioambiente por su enorme demanda energética. Para poner fin a este estigma todo el sector de la construcción se ha puesto manos a la obra para reducir el consumo energético y mejorar la calidad de las obras. Desde los fabricantes de nuevos materiales y productos hasta los arquitectos se han involucrado para dar soluciones.
En este entorno el Passivhaus, está ganando cada vez más adeptos también en España. Manuel Medina, presidente del Consorcio Passivhaus y director de España & Portugal, ISO-Chemie, expresa su convencimiento de que el futuro transcurre por las casas pasivas.
"Está calando hondo la idea de que se puede construir de forma más eficiente y sostenible aportando al usuario mayor confort y generando entornos más saludables que protegen el planeta," afirma el directivo.
Solamente una casa certificada Passivhaus cumple con seguridad sus objetivos
Pero, también hay preocupación en el sector. No todo funciona como debería. El conocido arquitecto y miembro del Standard Passivhaus, Enrique Cacopardo se inquieta por la laxitud con la que otros profesionales han empezado a manejar este término.
Al igual que el Instituto Passivhaus en Alemania, Cacopardo insiste, en que únicamente una construcción certificada como Passivhaus tiene todas las garantías de alcanzar los resultados de eficiencia energética (hasta un 90% de ahorro de energía) y confort esperados.
Los actores que participan en la construcción o rehabilitación de una casa que cumple los estándares pasivos como son arquitectos y demás técnicos, deben asimilar el porqué de todas las exigencias que ha cumplir este tipo de construcción y trasladarlo bien al usuario. La certificación conlleva un gasto extra así como un seguimiento técnico que asegure el completo cumplimiento. "Hay que cambiar el chip y entender que aplicar el estándar es siempre una inversión y no un gasto ya que a largo plazo aporta beneficios tanto a los que habitan la casa como al planeta", afirma Cacopardo.
El Instituto Passivhaus en Alemania ha creado también un banco de productos de construcción certificados Passivhaus. Ya hay más de mil componentes de fabricantes internacionales que destacan por su alta calidad. Abundan las soluciones para el aislamiento térmico, la estanqueidad sin puentes térmicos, ventanas y puertas de calidad de hasta triple acristalamiento y ventilación mecánica con recuperación de calor, entre otros productos. Aunque su simple uso no garantiza cumplir con el estándar se requiere también de profesionales formados.
En España ya hay más de 158.000 metros cuadrados certificados repartidos en 150 proyectos y la previsión para los próximos dos años es alcanzar más de 387.000 metros y 307 inmuebles. Una cantidad que seguro sigue aumentando ya que un diseño exclusivo y seguir los mandatos de sostenibilidad no está reñido y es el gran objetivo del Consorcio Passivhaus que no para de ganar adeptos día a día.
(foto:The Wave House, obra pasiva de lujo en Málaga del arquitecto Enrique Cacopardo)
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