Curar y preservar los muros de nuestros edificios históricos con bacterias suena a ciencia ficción. Ahora dos investigadores de la Universidad de Salamanca han presentado un estudio que destaca su eficacia en la conservación de los monumentos de piedra. Los resultados de las investigaciones han demostrado poseer cualidades para ser utilizadas en procesos de biorestauración, bioconservación, bioconstrucción y bioingeniería. Además, el uso de las bacterias en los procesos de restauración es más sostenible y también abarata los costes.
Las piedras son el material por excelencia del Patrimonio Histórico de inmuebles de España. Numerosas maravillas arquitectónicas están esparcidas por todo el país y son cada año un imán que atrae a millones de turistas. Estos monumentos y sus muros están expuestos a las inclemencias del tiempo y sufren constantes deterioros. Para combatir esta problemática, Raúl Rivas, profesor e investigador del Departamento de Microbiología y Genética de la Universidad de Salamanca, y José David Flores, investigador predoctoral de este mismo departamento, acaban de presentar los resultados de un excelente trabajo que les ha hecho merecedor del Premio de Investigación Don Julián Sánchez 'El Charro', convocado por el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y la Diputación de Salamanca.
Las bacterias seleccionadas no son patógenas
Después de años de investigación han logrado seleccionar a los más aptos de estos minúsculos organismos y convertirlos en “peones de la construcción” para restaurar las piedras dañadas por el paso del tiempo. Por supuesto su aplicación es absolutamente inocua para las personas, los animales y las plantas. Para sus investigaciones han trabajado con la piedra típica de Ciudad Rodrigo, una villa salmantina amurallada y repleta de edificios monumentales.
Entre las ventajas de aplicar este tipo de técnicas se incluye entre otras, la sostenibilidad implícita a su uso, debido a la reducción significativa de productos químicos utilizados para realizar la tarea, el ahorro de costes que puede suponer aplicar un tratamiento biotecnológico o la integración estética del nuevo material creado por la bacteria con la matriz de la roca.
El color de la piedra no varía
En muchos edificios restaurados se aprecian pequeñas manchas debido a los materiales que se han usado en el proceso de rehabilitación. Con el uso de las bacterias este problema desaparece. Un factor clave en la aplicación de bacterias en el campo de la biorestauración es la capacidad para integrarse con la roca sin producir ningún tipo de pigmento sobre los monumentos. De esta manera se evita un impacto visual indeseable ya que el valor del patrimonio cultural y artístico de los inmuebles históricos está relacionado directamente con las características que les hacen singulares, una de ellas el color, como es el caso de las areniscas de Ciudad Rodrigo.
Las bacterias cierran las grietas en las rocas
Así, la actividad de las bacterias seleccionadas en esta investigación permite cerrar las fracturas y grietas de las rocas a nivel microscópico frenando así el proceso de degradación. Por otra parte, mediante la precipitación de carbonato cálcico en forma mineralizada como por ejemplo calcita, las bacterias crean una matriz que cohesiona la roca y que se integra perfectamente en la estructura del monumento retrasando no solo el proceso de erosión sino también creando una película carbonatada protectora sin originar defectos estéticos indeseables.
Por el momento, la aplicación se ha llevado a cabo a pequeña escala, donde los resultados han sido excelentes. Los autores han señalado que su uso a mayor escala es viable. Solamente habría que optimizar la manipulación e inoculación del microorganismo y de los productos necesarios para que lleve a cabo su acción.
Nombre | Gisela Bühl |
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Empresa | Ecoconstrucción |
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