La modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobada por el Gobierno el pasado mes de diciembre y que será de obligado cumplimiento a partir de junio de 2020, mejorará las prestaciones de los edificios tanto en lo que a la eficiencia energética de estos se refiere como en relación a la salud, el confort y la seguridad de los usuarios.
Según el Ministerio de Fomento, ahora de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, esta actualización de la normativa pondrá en el mercado edificios nuevos de alta eficiencia energética, que, apoyados por fuentes de energía renovables, conseguirán reducir el consumo de energía primaria en un 40% con respecto a los valores actuales.
Para ello, el Documento Básico de Ahorro de la Energía (DB-HE) plantea un fomento del uso de las tecnologías más eficientes y sostenibles para un mejor acondicionamiento de los hogares gracias a una mayor calidad de las envolventes térmicas. Y esto se traducirá en un mayor confort para el usuario con un mínimo gasto energético del hogar.
En este escenario, los nuevos contenidos de este DB-HE afectarán positivamente al mercado de cubiertas inclinadas, donde los sistemas constructivos diseñados específicamente para este tipo de cubiertas tienen su hueco frente a soluciones que no se han testado (en cuanto a eficiencia energética y seguridad fundamentalmente).
Alienado con el CTE de 2020
La actualización del CTE supone una ventaja competitiva para el sector de las cubiertas inclinadas. “Aunque la cubierta siempre ha representado uno de los principales focos de atención del área técnico prescriptiva, tanto en los proyectos de rehabilitación como de obra nueva, en los últimos años se han realizado concesiones a diseños minimalistas que no siempre han garantizado un aislamiento óptimo y una estanqueidad máxima, en parte porque requerían de un mantenimiento que, en nuestro país, prácticamente no se realiza”, señala Alfred Vincent, presidente de la Asociación Nacional de la Cubierta Inclinada (Promotejado).
Esta situación, aseguran desde esta entidad, ha propiciado la aparición de las patologías más habituales (filtraciones de agua, aparición de hongos…), que ha llevado a que los promotores y constructores muestren un mayor interés por propuestas inclinadas y vanguardistas que garantizan los beneficios propios de una cubierta bien ejecutada.
“De forma objetiva y demostrable, la cubierta inclinada sigue siendo la opción de mayor durabilidad, capacidad de aislamiento y posibilidad de acabados y diseños que existe en la arquitectura contemporánea; es perfectamente compatible, por ejemplo, con la inclinación requerida por los paneles fotovoltaicas por la incidencia de los rayos solares sobre el planeta y puede incluir innovación integrada en sus tejas con el sistema de microventilación que aporte ese valor añadido ahora requerido en el CTE”, argumenta Vincent.
Mejoras en el próximo CTE
El mercado de las cubiertas inclinadas encuentra, por lo tanto, un aliado en el DB-HE, ya que permite constatar sus puntos fuertes y ponerlos en común con los prescriptores. En resumen, las opciones de nuevos y diferenciadores acabados ofrecidos por la cubierta inclinada microventilada minimizan las fugas térmicas del edificio, aíslan de los cambios térmicos a sus habitantes y permiten captar energía aprovechable para los consumos habituales de la comunidad.
Con todo, desde este sector demandan mejoras en las próximas actualizaciones del CTE, que sean incluso más ambiciosas en materia de eficiencia energética.
Grupo BMI España, socio de Promotejado, considera que, aunque existen aspectos del CTE que han cambiado de una forma muy positiva, sigue habiendo lagunas dentro del nivel prestacional.
“En la relación entre la limitación de la demanda y la limitación del consumo energético, con los nuevos valores de la transmitancia térmica no se consiguen alcanzar los límites de consumo establecidos”, considera José Hermindo, manager de BMI Expert de esta compañía, especializada en la fabricación de productos para cubiertas.
Este experto destaca, además, que “sigue resultando curioso que se indiquen en un anexo de carácter orientativo los valores de transmitancia térmica máxima de elementos constructivos que serían necesarios para cumplir dichos límites de consumo”. Más aún, constatan desde Grupo BMI, cuando ahora mismo existe la tecnología y conocimiento necesario por parte de los fabricantes para suministrar sistemas constructivos adecuados a las altas exigencias prestacionales de los edificios de consumo casi nulo.
También La Escandella, empresa fabricante de tejas asociada a Promotejado, se muestra optimista con las modificaciones realizadas en el CTE. “Suponen, sin ninguna duda, un avance hacia un modelo de eficiencia mucho más actual y coherente en materia tanto de optimización del consumo de energía como de captación y transformación de la misma para su uso”, comenta David Martínez, director comercial de Iberia de La Escandella.
Sin embargo, en la misma línea que el también asociado a Promotejado, BMI, “el nivel de exigencia contemporáneo en el país con respecto al aislamiento de la vivienda, su consumo y la eficiencia general de cualquier proyecto, dispone todavía de un amplio recorrido de mejora”, arguyen desde La Escandella.
La rehabilitación se abre paso
El CTE de 2020 no solamente marcará el camino para una nueva manera de construir en nuestro país, también, comparten los expertos consultados, supondrá un aliciente para la rehabilitación de edificios.
Así al menos lo considera y espera Alfred Vincent, presidente de Promotejado, aunque con alguna salvedad. “Estamos seguros de que el concepto de ahorro energético y aprovechamiento de los recursos naturales que prioriza el CTE es algo que va más allá de una normativa legal que reconduzca tendencias y propicie cuestiones generales. La rehabilitación del parque inmobiliario es una cuestión de concienciación social y de hábitos de consumo, que se construye poco a poco educando a la sociedad en la que vivimos y de la que los individuos y los distintos usuarios aprendemos nuevos conceptos de interés general”, complementa Vincent, “Sin ninguna duda existirán oportunidades en viviendas unifamiliares, comunidades de vecinos y edificios públicos ya construidos en donde se puedan paliar patologías ineficientes que, hasta ahora, se detectaban como normales o carentes de estudio”, finaliza.
El nuevo CTE de 2020 constituye un paso importante hacia algo más que una predisposición al confort energético y al compromiso con el medio ambiente; dibuja también un marco legal que lo ampara y lo audita técnicamente. Ampliamente consensuado por todos los agentes del sector de la edificación, solo queda que sea correctamente implementado y socialmente aceptado.
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