Entender el cuerpo y al ser humano para diseñar para personas de todas las formas y tamaños nos llevaría a la antropometría; o sea al estudio de las medidas del cuerpo humano que suelen usarse para el diseño de muebles de oficina. La antropometría es uno de los estudios esenciales promovidos y desarrollados por las empresas fabricantes de este tipo de mobiliario, con especial énfasis en la diversidad de tamaños físicos que existen en todo el mundo. A lo largo de los años, la precisión de estos estudios ha aumentado, como ser a modo de ejemplo, mediante el uso de exploraciones tridimensionales.
Es de sentido común que un buen diseño se basa en las personas y en lo que realmente necesitan.
Como arquitectos, ¿están profundizando lo suficiente como para dar las respuestas correctas a los requisitos que se enfrentan en cada proyecto?
Valoramos que sí; pero aún hay mucho camino por recorrer e ideas por desarrollar para la inclusión de personas con dificultad motora en los desarrollos inmobiliarios. Apoyándonos en informes sobre la situación general de la discapacidad en España (Olivenza del año 2017 ) y refiriéndonos básicamente a la discapacidad motora (personas en silla de ruedas y con movilidad reducida), podemos llegar a conclusiones que no alterarían en demasía la ecuación económica de los desarrolladores inmobiliarios, y serían un paso más para ir avanzando sin prisa pero sin pausas en minimizar la brecha que hoy día tienen los apartamentos para la población de discapacitados motrices.
Es por ello que en nuestra propuesta planteamos que se debería tener en cuenta la condición de movilidad reducida en las medidas y diseños de los apartamentos.
Existen muchas normativas según las diferentes comunidades pero el fin es intentar estandarizar, regularizar y minimizar la inclusión de la accesibilidad que actualmente rige en la Normativa Estatal de la Vivienda.
Generalmente las mismas contemplan repetidamente y en muchos casos el grado de accesibilidad de un edificio (condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización del edificio).
Las estimaciones de la población con discapacidad en Europa, según las principales fuentes estadísticas, permiten hacer una estimación del número de personas con discapacidad en la Unión Europea, cubriendo a la población de 16 y más años residentes en domicilios particulares.
En términos absolutos, supone que en el conjunto de la Unión Europea habría unos 113 millones de personas de 16 o más años con limitaciones en la actividad, de las cuales alrededor de 35 millones experimentarían limitaciones severas.
La definición de las principales variables contempladas en esta estimación es el problema de salud de larga duración. Se entiende como tal una condición de salud que haya durado o que es probable que dure por lo menos seis meses. No se incluyen en este concepto por ejemplo un esguince de tobillo.
Conforme avanza la edad se incrementa el porcentaje de personas que tienen dificultades en las actividades básicas. Este incremento es especialmente notorio en las dificultades relacionadas con actividades motoras (por ejemplo, el porcentaje de personas con dificultades para caminar o subir escaleras pasa del 0,6% en el grupo de entre 15 y 24 años al 10,2% en el grupo de entre 55 y 64 años).
Las deficiencias más frecuentes en las personas de dieciséis y más años con discapacidad que residen en hogares familiares son las de tipo motora, que se da en el 39,2% de las personas con discapacidad.
Asimismo, si se analiza dentro del Informe Olivenza el cuadro de inclusión en la vivienda, podremos ver también en el esquema de indicadores de inclusión social y discapacidad, que el mismo también hace referencia al hacinamiento grave (<15m2 persona).
Entonces, ¿cómo podrían preverse apartamentos accesibles para discapacitados motores de ayer, de hoy y del mañana?
Consideramos que la redistribución de m2 (no con más m2 se soluciona) y la previsión para la instalación de elementos básicos (amarres en pared para las sujeciones /agarraderas/ pasamanos) harían la “magia” para la inclusión motora.
En España hay alrededor de 3’8 millones de personas que tienen algún tipo de discapacidad. Según el Instituto Nacional de Estadística, en uno de cada cinco hogares españoles vive al menos una persona con discapacidad, el 20% de los hogares y nunca se sabe cuándo uno (usted lector) puede pasar a ser una de ellas.
Hoy, en la mayoría de las edificaciones de construcción nueva ya se aplica en lo básico la normativa para que sean accesibles. Sin embargo, los inmuebles que tienen más de 25 años no suelen estar adaptados. De modo que para casi 4 millones de personas, encontrar una casa y más aún un apartamento adaptado a las necesidades puede ser una odisea, ya que el parque español de inmuebles no está preparado.
En general, un edificio no preparado no se adapta en lo básico hasta que existe una necesidad planteada por parte de algún copropietario de disponer como mínimo de una rampa y/o ascensor.
Requisitos básicos
A modo de ejemplo se listan algunos requisitos básicos para que estas personas tengan una mayor autonomía y confort en un apartamento nuevo así como también en zonas comunes de un edificio:
• Las puertas de acceso a y en el apartamento deben ser de 80 cm de ancho (vano libre), para que una silla de ruedas pueda pasar sin dificultades. La instalación de puertas correderas facilita enormemente la accesibilidad aunque no se consideran básicas.
• Los pasillos y puntos de giro frente a una puerta de entrada, puerta de cocina y frente al fregadero, tienen que ser fácilmente maniobrables con una silla de ruedas. Estos espacios de maniobra (sector libre de obstáculos que posibilita a una persona usuaria de silla de ruedas u otra ayuda técnica, o bien con dificultad de movilidad o equilibrio, girar y maniobrar), debe tener dimensiones tales que permitan inscribir un circulo de al menos 150 cm de diámetro. Para los casos de aplicación de la accesibilidad básica, esta dimensión se puede disminuir hasta 120 cm.
• Los pasillos en línea recta deben tener un ancho libre de 90 cm como mínimo (se entiende por ancho libre, la total circulación en los 90 cms; por lo que considerando la
previsión de pasamanos, esta distancia debería ser un poco mayor).
• Los suelos deben ser antideslizantes y sin irregularidades u obstáculos en seco y en mojado ( esto último especialmente en el baño).
• El alcance de una persona en silla de ruedas está entre 0,40 y 1,40 m de altura, de modo que enchufes deben adaptarse a estas alturas.
• La altura de referencia es la de una mesa de trabajo, la encimera de la cocina o del baño no deberán superar los 85 cm de altura.
• En el baño se debe poder acceder frontalmente al lavabo y lateralmente a la ducha.
• El lavabo no debe tener pedestal, debe estar colocado a 80 cm del suelo y tener una altura libre bajo él de 65 cm para permitir el acceso.
Pocas veces se habla sobre cómo influye la accesibilidad en la construcción, por lo menos en la concepción de los espacios adaptados o pensados para utilizar por cualquier persona con movilidad reducida
En España, hasta los años 60 no salió la ley sobre Propiedad Horizontal en la que ya se empezaba a hablar sobre accesibilidad. No fue hasta el año 2007 cuando se publicó el Real Decreto sobre condiciones básicas de accesibilidad de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados y edificaciones que tuvo un nuevo empuje en su definición.
Luego, desde el 4 de diciembre 2017, al haberse aprobado el “Texto Refundido de la Ley General de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social” se hizo obligatoria la accesibilidad para todos los edificios.
¿Pero esto es lo único básico que se necesita prever?
Estimamos que no. Podrían y deberían preverse en determinadas paredes una franja para el fácil montaje de:
• Pasamanos/agarraderos para que puedan usarse para mantener el equilibrio de la misma manera que se prevé hoy día la instalación de los aire acondicionados.
• La ducha debería tener la previsión en la pared para colocar barras de apoyo y sujeción, además de tener un asiento o banco en su interior.
También habría que considerar los espacios comunes como ser:
• Acceso al edificio y zonas comunes, ascensores. Estos últimos deberían cumplir con lo mínimo en requisitos particulares para la accesibilidad de personas con discapacidad motoras como ser el ancho de entrada al mismo de una silla de ruedas y el ángulo de giro.
• Estacionamientos. Los estacionamientos deberían cumplir con los requisitos mínimos para permitir el ascenso y descenso de los vehículos de las personas usuarias de sillas de ruedas, ya sean que viajen en la misma silla o realicen transferencia a la misma. Esta área también podría ser usada para traslados en emergencias médicas así como en mudanzas.
Aunque la accesibilidad refiere a "todas las personas", está asociada a una realidad esencial: la diversidad característica entre los seres humanos en cada instante y la diversidad de las situaciones, limitaciones o condiciones de cada persona durante el ciclo de su vida, situaciones específicas de edad o actividad, situación particular permanente o eventual, casos de lesiones severas o discapacidades complejas que requieran una atención particular o individual hacen casi imposible la previsión total, por lo que lo anteriormente mencionado solo abarca a la discapacidad motriz. Sería una consideración especial a la inclusión de estas personas, de que los hoteles tuvieran por lo menos una habitación destinada o adaptada para discapacitados motrices, la cual puede tener las previsiones para ser también usada de modo estándar.
En países latinoamericanos como Uruguay, rigen prácticamente las mismas condicionantes que en España; y aunque no es que las mismas sean internacionales, ratifica las necesidades de un sector de la población mundial.
Basándonos en este caso en un informe de personas con discapacidad de Mayo 2014, se analizan por parte de la Asesoría en Políticas de Seguridad Social en base a algunas cifras del censo de 2011 en Uruguay, se establece en el mismo que el 15,8% es el porcentaje de la población uruguaya tiene al menos una discapacidad permanente y con un grado leve en el proceso de la misma. Los controles sobre los básicos para un apartamento accesible no se tienen en cuenta.
Accesibilidad
El concepto de accesibilidad ha ido evolucionando en los últimos años hasta llegar a un nuevo enfoque, donde lo primordial reside en concebir el entorno y los elementos de forma inclusiva o apta para todas las personas, potenciando la condición del medio físico que permite acceder con seguridad, emplear sus recursos, relacionarse y comunicarse con sus elementos y las demás personas.
La accesibilidad va más allá del diseño propiamente dicho, dirige sus pasos hacia un compromiso social presentando multiplicidad de vertientes en función de ciertas condicionantes (personales, ambientales, sociales, culturales), por lo que los ámbitos de actuación pueden ser amplios y variados.
Particularmente estas ayudas especiales resultaran necesarias al momento de diseñar edificios de apartamentos accesibles o eliminar dentro de lo posible las barreras arquitectónicas en viviendas y en especial apartamentos existentes donde viven personas con algún grado de discapacidad, tomando en consideración la individualidad de la persona, su discapacidad, sus posibilidades y limitaciones.
Una de las formas de conseguir estas adaptaciones es mediante la incorporación de nuevas tecnologías como la domótica.
Este artículo tiene como objetivo, investigar y hacer pensar en mejorar los nuevos apartamentos para hacerlos más accesibles en sus elementos a fin de intentar llegar a ser un soporte eficiente, seguro y adecuado para las personas que presentan discapacidad motora, que les permita aumentar su autonomía y comodidad.
Por qué hacemos hincapié en usar el término “apartamentos” en vez de “vivienda”. Entendemos por vivienda una generalización que también abarca a los inmuebles “casas”; donde las personas tienen más libertad de hacer los cambios necesarios. El caso de los “apartamentos” abarca ya una conjunción de intereses que empiezan desde el diseño del proyecto para luego necesitar la aprobación de terceras personas para realizar modificaciones.
Se debe considerar que la seguridad es un aspecto esencial e implícito en el concepto de accesibilidad. Una solución insegura no es accesible.
Densidad
- Regulación de personas
por metro cuadrado
Asimismo, también se deberían de considerar algunas normas a los efectos de no hacinar a las personas, por lo que consideramos se debe realizar una normativa para las viviendas (apartamentos) de menos de 36 m2.
Tomando como ejemplo las normativas de diferentes países del mundo, en las cuales la superficie mínima útil construible para viviendas es de 36 m2 (promedio), hacemos el siguiente razonamiento. La construcción de una vivienda (apartamento) varía en función de la cantidad de habitantes y las condiciones mínimas de habitabilidad y accesibilidad. Cuando revisamos las normativas en diversos países, existe un rango que oscila entre 30 y 40 m2 para 3 o 4 ocupantes.
Bajo estos parámetros de 10 m2 por persona y unos 20 m2 para zonas comunes, tomaremos una proporción más que lo habitual y definiremos una carga de ocupación de vivienda (apartamento) de 15 m2 de superficie útil por persona.
Es de considerar que para que sea accesible y tenga lo mencionado anteriormente como ser la superficie útil por persona, para contar con accesibilidad motora al metraje se le debe de considerar un estimado de un 20% más de área (18 m2).
Una de las principales necesidades insatisfechas en la discapacidad permanente, es el confort, en lo que está relacionado con aspectos de accesibilidad. En la actualidad no existe realmente la homologación de viviendas (apartamentos) en cuanto a la capacidad autorizada para el uso de las mismas, como existe en otros ámbitos como pueden ser vehículos, ascensores, locales, etc.
Por tal motivo, se considera que además de llevar a cabo la homologación de sistemas constructivos (aprobación que permite a las empresas la presentación de propuestas de sistemas constructivos no tradicionales), se debería legislar para que las viviendas (apartamentos) no sean “tóxicas” en el sentido de densidad de personas por m2 ya que también influye indirectamente en la accesibilidad.
La homologación en este sentido, tiene una especial importancia y vendría a ser un punto de quiebre en la normativa para la vivienda, la salud pública, accesibilidad y la economía.
De acordarse una previsión de accesibilidad y homologación se podrían construir apartamentos con las previsiones para discapacidades motoras así como también con menores metrajes a los hoy día autorizados sin que se afecte la movilidad, la salud y la convivencia de las personas.
Es por la accesibilidad y la densidad que insistimos en la inclusión de sociólogos en los equipos de diseños arquitectónicos para como mencionamos al principio, se pueda entender al cuerpo y en especial al ser humano.
Nombre | Juan Valsechi, Asesor Independiente, Montevideo, Uruguay. Colaboración: Miguel Lanao, Consultor, Tarragona España |
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