Cada día aparecen noticias que nos hablan de nuevas aplicaciones de la tecnología en todos los sectores. Uno de los ámbitos que más se está expandiendo en los últimos tiempos es lo que se ha venido a denominar Internet de las Cosas (IoT). Algunos cálculos estiman que a finales de este año, 24.000 millones de dispositivos (“cosas”) estarán conectadas a Internet. Hablamos de 4 dispositivos por cada ser humano en la tierra. Con estos volúmenes es inevitable que acabe afectando a todas las facetas de nuestra vida tanto personal como profesional.
Algunos sectores han sido avanzados: en automoción, hace tiempo que oímos hablar del coche conectado y, de cara a un futuro más o menos próximo, del coche autónomo. Todo ello pasa por sensorizar infinidad de parámetros de un vehículo y también del entorno en el que debe moverse: calles, semáforos, plazas de parking…
También la industria se ha puesto las pilas y en las fábricas están empezando a proliferar sensores que permiten un conocimiento detallado de todas las máquinas involucradas en los procesos de producción.
Y si todos los sectores están entrando en esta revolución tecnológica, el sector de la construcción no podía ser menos.
Hace ya unos años que los gurús de la tecnología preconizan que nuestros hogares están destinados a llenarse de sensores y dispositivos actuadores que, supuestamente, nos mejoren la calidad de vida. El mensaje no es nuevo: hace décadas que la domótica persigue ese mismo fin. ¿Qué ha cambiado?
Que las tecnologías a involucrar cada vez son más asequibles y sencillas de instalar y utilizar.
Es por ello que cada vez está más claro que instalarse un sistema que gestione mi calefacción o que me suba y baje las persianas en base a mis preferencias, por poner un par de ejemplos, ya no debe ser fruto de la tenacidad de un usuario friki, sino que empieza a ser un valor diferencial a incluir en las viviendas desde la fase de la construcción.
Un valor diferencial
En igualdad de condiciones, ¿no tiene sentido que mi casa incorpore las últimas novedades tecnológicas?
Decididamente, estos sistemas están en proceso de dejar de ser un lujo para pasar a ser un valor diferencial, antes de convertirse en una commodity, es decir, algo que el usuario dará por sentado. Y nadie debe quedarse atrás en esta carrera.
Es más, el mercado ofrece, día a día nuevas opciones para las que las construcciones deben estar preparadas y ser versátiles para su adopción. ¿Quién no querría incorporar nuevas ventanas que avisen de cuando precisan ser limpiadas porque detectan la suciedad o contenedores de recogida de basura selectiva que mandan un aviso al servicio de recogida cuando están llenos?
Todo tipo de construcción
Pero no todas las aplicaciones tecnológicas están asociadas a los, llamémosles, acabados de las viviendas. Otras aplicaciones tienen todo el sentido en el mismo proceso de construcción e, incluso, son aplicables a todo tipo de construcción: viviendas, oficinas, infraestructuras.
T-Systems lleva unos años trabajando con su ecosistema de partners en el desarrollo de soluciones que ofrezcan soluciones a las empresas de construcción con el fin de facilitarles la mejora de la calidad de sus entregas, la optimización de los procesos de mantenimiento, el incremento de la seguridad y la garantía de sostenibilidad.
Con nuestro socio, la empresa alemana BS2 Sicherheitssysteme, hemos desarrollado una solución de monitorización digital para puentes, túneles, edificios y otros objetos de infraestructuras. La solución es un sistema de alerta temprana aplicada a la construcción que permite monitorizar la temperatura, la humedad y la corrosión, así como factores críticos que pueden causar daños irreparables o la necesidad de un mayor mantenimiento del acero de refuerzo de las estructuras de cemento.
El sistema pasa por la implantación de sensores que pueden detectar las señales de advertencia mucho antes de que puedan apreciarse, haciendo que todas las estructuras sean monitorizadas de manera más inteligente, segura y sostenible, reduciendo así el daño y minimizando el trabajo y los costes de reparación.
Inicialmente la solución se diseñó para detección de daños en coberturas y juntas de los puentes con anticipación a su aparición en la superficie. Dado que las infraestructuras como los puentes tienen asociados períodos de garantía largos es necesario controlar las vulnerabilidades tecnológicas y la eficiencia de los sistemas de protección superficial usados a largo plazo. A tal efecto se instalan sensores de humedad y corrosión.
En una primera fase, las lecturas se realizaban in situ ubicando lectores manuales en las proximidades de los puntos donde habían sido ubicados los sensores.
Con las nuevas generaciones de sensores, éstos podrán enviar las lecturas del estado de la infraestructura a través de las redes NB-IoT. Estas redes, actualmente en proceso de implantación por parte de los operadores de telecomunicaciones, están especialmente diseñadas para la transmisión de señales de sensores como los relatados. La ventaja es que requieren la transmisión de muy pocos datos que consumen muy poca batería: elemento clave para la larga duración de sensores que han sido “enterrados” dentro de la estructura de hormigón.
Con esta tecnología de comunicaciones, las lecturas podrán realizarse de forma centralizada, a través de internet y automatizada sin precisar intervención manual.
La consolidación de esta tecnología así como la reducción de sus precios permite plantear su aplicación a todo tipo de construcción: puentes, túneles, edificios industriales, rascacielos, parkings, aeropuertos, construcciones costeras o viviendas. Y no sólo a construcciones nuevas sino también a construcciones ya existentes. A día de hoy esta tecnología ya está prestando su servicio en edificaciones del aeropuerto de Dusseldorf en Alemania y en el puente De Oversteek Nijmegen en los Países Bajos.
Entre los valores que esta solución aporta a cualquier construcción están:
• Facilidad de visualización del estado de la infraestructura.
• Securización sostenible de las inversiones.
• Prueba de la calidad en la construcción.
• Reducción de costes en la reparación del hormigón.
• Reparación diferenciada.
• Reducción de costes de inspección.
• Control de los intervalos de inspección.
• Reducción de períodos de no disponibilidad por reparaciones.
Sostenibilidad y eficiencia energética
Por último, es de destacar que la incorporación de estas soluciones tecnológicas a las construcciones aporta un añadido de sostenibilidad y eficiencia energética. Tengamos en cuenta que monitorización constante a través de sensores permite una reducción radical de los costes de reparación y de los costes de mantenimiento gracias a una tecnología IoT. A ello hay que añadir un conocimiento de daños ocultos, o poco visibles de manera anticipada, lo que ahorra problemas en el corto, medio y largo plazo. Como consecuencia de todo lo anterior se consigue alargar la vida útil de la infraestructura, mejorando su sostenibilidad y seguridad.
También es importante tener en cuenta el impacto en reducción de costes dado que repercute en un menor número de reparaciones, y por lo tanto de material necesario para realizarlas. Ello se traduce también en menor volumen de residuos o desperdicio generados por trabajos innecesarios de mantenimiento. Además, a menor número de procesos de nueva construcción, menor contaminación del aire y del medio ambiente por obras de este tipo.
A ello habría que añadir que se conseguiría un menor consumo energético gracias a la reducción de trabajos de mantenimiento (hasta 40% menos de inspecciones in situ).
Como conclusión, quisiéramos hacer énfasis en el hecho de que cualquier entorno, sector y aplicación es susceptible de beneficiarse de la aplicación de las tecnologías emergentes. La calle que pisamos, el puente que cruzamos, la oficina en la que trabajamos y la casa en que vivimos, también.
Nombre | Eduard Contijoch |
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Empresa | T-Systems Iberia |
Cargo | Responsable de Desarrollo de Negocio de IoT/Industria 4.0. |
Biografía | |
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