Durante los últimos años, organismos públicos y privados están centrando sus esfuerzos en incentivar el vehículo eléctrico en nuestro país. Sin embargo, todavía existen una serie de retos que cumplir si queremos posicionarnos en línea con nuestros vecinos europeos en materia de transición energética en el transporte.
Para entender mejor este contexto, debemos de analizar primero la situación actual de España en materia de electrificación del vehículo. Según datos de ANFAC, en España existen 32.422 puntos de carga de vehículos eléctricos. Aunque en principio parece un número alto, si se compara con otros países europeos, este número se aleja bastante de la media, especialmente si se tienen en cuenta los más de 460 mil coches eléctricos matriculados actualmente. En este punto, podemos afirmar que, en nuestro país, tan solo existen 0,06 puntos de carga por cada vehículo, una cifra, cuanto menos, preocupante.
El hecho de que España esté a la cola en transición energética es resultado de dos problemas mayores: falta de incentivos y falta de infraestructura. Además, dichas carencias se retroalimentan. Si no hay incentivos la infraestructura en nuestro país se estanca. En consecuencia, el consumidor final se mostrará reticente a la hora de adquirir un vehículo eléctrico, entorpeciendo así la producción de los mismos, desembocando en una deceleración de las inversiones en este ámbito.
Por un lado, la ausencia casi generalizada de puntos de carga supone uno de los principales focos que frena el asentamiento del vehículo eléctrico como una alternativa de movilidad. Si se valoran los datos actuales, el número de vehículos eléctricos es mucho mayor que los puntos de carga disponibles, obstaculizando su desarrollo y, con ello, la transición energética en nuestro país.
Impera así la necesidad de contar con una mayor diversificación de los modelos de carga, incluyendo nuevos modelos de carga rápida, ultrarrápida y carga de inducción para mejorar la flexibilidad de los vehículos eléctricos. Una mayor infraestructura fomentaría el uso de este medio de transporte entre la población. Asimismo, sería clave una mayor presencia de puntos de carga en hogares, empresas, parkings, centros comerciales y, por supuesto, carreteras.
Teniendo en cuenta que el mercado de vehículos eléctricos aumentará en los próximos años, fomentar un mayor número de puntos de carga debe de entrar en nuestras prioridades en los próximos meses para ajustarnos a la demanda. Y es aquí donde entra el segundo punto a desarrollar: falta de incentivos e inversión.
A pesar de que ya existe un marco regulatorio que contempla subvenciones y financiaciones cuyo objetivo es el de promover alternativas de movilidad e inversión, el siguiente paso consiste en afianzar dicho marco con incentivos dedicados a poner solución a nuestras principales carencias; la flexibilidad y la infraestructura. Por otro lado, también está en manos de las compañías privadas contribuir al flujo de crecimiento del mercado, fomentando la innovación que derive en nuevos modelos de carga o transporte y, en definitiva, trabajar por una mayor sostenibilidad en la movilidad española.
En definitiva, la solución a esta problemática reside en facilitar y promover la instalación de la infraestructura que el mercado español carece actualmente, y promover la compra de vehículo a través de un marco regulatorio y una flota de infraestructura sólidas. Solo de esta manera, España puede avanzar en la transición energética y alinearse con el resto de los países europeos.
Nombre | José Antonio Afonso |
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Empresa | Eaton España |
Cargo | Segment Manager |
Biografía | |
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