Se dice que la fe mueve montañas…, en el municipio sevillano de Herrera ha movido ladrillos. “Passivhaus Herrera” es la primera casa pasiva certificada en Andalucía, construida de forma tradicional con ladrillos de arcilla cocida. Contra todo pronóstico su promotor, Juan Manuel Aragón, concluyó este proyecto con éxito. No podía ser de otra manera. El empresario inconformista lleva estos bloques rectangulares en su ADN. Orgulloso del negocio familiar que creó su tatarabuelo, no puede imaginarse construir viviendas o edificios en otro material.
Cuando Juan Manuel Aragón empezó a hablar hace algunos años de construir una casa siguiendo el estándar Passivhaus, no había apenas profesionales en España que le comprendieran. Además, ninguno de los entendidos le hubiera recomendado crear una envolvente de ladrillo para una casa pasiva, sino intentarlo con una estructura de entramado de madera, fórmula dominante en este tipo de obras. Sin embargo, su interés por la construcción sostenible y su aprecio por las cualidades del ladrillo como material de construcción no le hicieron desistir hasta lograr su objetivo.
De igual manera que se dice que el estándar Passivhaus no fue inventado sino simplemente descubierto, Juan Manuel Aragón descubrió cómo construir una envolvente de ladrillo cocido apta para hacer frente a las inclemencias climáticas extremas de Herrera. La localidad está muy cerca de “la sartén de Andalucía”. Una región temida porque en verano las temperaturas máximas pueden alcanzar fácilmente los 45ºC y en invierno las temperaturas mínimas bajan sin problema de los 3ºC.
En su afán por conseguir el confort óptimo y reducir el consumo energético en su proyecto , tomó todas las medidas a su alcance, empezando por orientar la fachada principal hacia el norte.
Al usar el ladrillo como material de obra, tampoco hizo falta mano de obra especializada, para construir la casa, solamente siguió un estricto control para eliminar todos los puentes térmicos de la envolvente.
Esto se logró con una estructura compuesta de ladrillo macizo exterior autoventilado con fachada pasante autoportante, más aislamiento, más un ladrillo hueco doble interior. “El ladrillo tiene una gran inercia térmica”, comenta Aragón,” una cualidad que lo hace más atractivo que otros materiales para la zona”.
Otra ventaja a tener en cuenta con este sistema es que se podría utilizar cualquier tipo de aislamiento disponible en el mercado. En Herrera se han utilizado lana de roca, XPS y reflexivo, aunque podría ser cualquier otro aislante como corcho natural o fibra de madera, entre otros, resalta Aragón. A esto se suma que se trata de un sistema con un coste competitivo, y que ofrece una gran durabilidad, resistencia y menor mantenimiento frente a otras soluciones.
La envolvente es importantísima para lograr la certificación Passivhaus y los productos que se eligen deben cumplir con todos los requisitos. Para garantizar la estanqueidad al aire se han utilizado bandas de goma que evitan infiltraciones en paredes y ventanas. Las ventanas son un factor crítico en estas obras. Mientras en las primeras viviendas pasivas hace algo más de 25 años las ventanas se fabricaban aún a medida, ya que sencillamente no existían productos en el mercado que cumplían con las altas exigencias que exige el estándar, en la actualidad el mercado ha evolucionado y permite planificar las obras con gran precisión.
En “Casa Herrera” todas las ventanas son de la SERIE EUROTORR 92 PASSIVHAUS elaboradas con perfiles de madera laminada. El producto de la firma cordobesa Torinco es la primera ventana de madera certificada para clima cálido por el Instituto Passivhaus. Como medida complementaria se ha evitado que las ventanas estén dirigidas al sur y, por otra parte, cuentan con lamas de aluminio para proteger el interior del sol en verano.
La cubierta plana, que a la vez es terraza, funciona como la quinta fachada ventilada de la vivienda, debido a su suelo flotante que permite que el aire caliente se escape por allí. Además de contar con una piscina en la cubierta, se ha instalado una montera de cristal de 12 m2 en esta superficie plana. Esta apertura proporciona luz adicional a las estancias centrales de la vivienda, y funciona como un sistema de calefacción pasivo durante el invierno. Gracias a esta claraboya se alcanza un aporte de calefacción del 30% aproximadamente en el interior de la vivienda. Por supuesto, cuenta también con un sistema de cierre automático para evitar excesos de temperatura en estaciones calurosas
Otra pieza imprescindible en una casa pasiva es un excelente sistema de ventilación. Uno de los proveedores con gran experiencia en Passivhaus es la firma Siber que en este caso ha suministrado un sistema de ventilación mecánica controlada con intercambiador térmico (92% de recuperación) y un conducto canadiense para aprovechar la temperatura del terreno.
La instalación es ideal para este tipo de proyectos ya que extrae el aire viciado e introduce continuamente aire limpio filtrado del exterior, sin pérdidas de temperatura.
Por otra parte, la vivienda cuenta con suelo radiante con aporte energético mediante captadores solares en invierno y refrescante en verano mediante disipación del calor bajo el terreno (Intercambiador geotérmico).
Teniendo en cuenta la escasez de los recursos hídricos frecuente en Andalucía, el promotor también optó por instalar un depósito de hormigón armado, enterrado bajo la construcción y con sistema de depuración para recuperar las aguas pluviales.
Después de dos años de obra, pasando por los tests blower door con resultados por encima de otras viviendas pasivas, los nuevos inquilinos finalmente han podido habitar la vivienda. Como confirman, la experiencia ha superado todas las expectativas. Gracias a su diseño, orientación y sistemas pasivos se ha conseguido una temperatura interior de 21ºC en invierno y 25ºC en verano con aportes de energía casi nulos.
En el mismo mes de noviembre de 2017 la vivienda recibió el certificado oficial Passivhaus, requisito imprescindible para asegurar la calidad de la obra. Muchas casas dicen ser pasivas, pero no están certificadas, uno opción incompatible con la filosofía del promotor, que desde un principio tuvo claro que tenía que ir a por todas para probar que el ladrillo es una opción viable para la construcción Passivhaus también en el sur de España.
Juan Manuel Aragón concluye, “todo esto demuestra que es posible vivir mejor sin hipoteca energética”. Además, cree que se podría crear una tipología de vivienda pasiva básica que no tendría que ser necesariamente más cara que una vivienda no pasiva. Por otra parte, destaca que cualquier sobrecoste se recupera rápidamente gracias al enorme ahorro energético.
EL PROYECTO
Propiedad: Juan Manuel Aragón Quintana
Arquitecto: Francisco Ruiz Jiménez
Constructora: Fabricación de Ladrillos AG Tecno-3
Dirección: Herrera (Sevilla)
Plazo Ejecución: 24 meses
Finalización: Noviembre 2017
EMPRESAS SUMINISTRADORAS:
Ladrillo para revestir: Fabricación de Ladrillos AG Tecno-3.
Aislamiento vertical: Lana de roca Isover Reflexivo Actis
Aislamiento horizontal: Poliestireno extrusionado XPS
Carpintería exterior madera: Torrero Torinco
Carpintería interior: Rafael Jurado
Ventilación mecánica controlada: Siber Zone
Aerotermia: Saunier Duval
Luminarias: Philips
Protección Solar: Strugal
La superficie de referencia energética (TFA) de la casa es de 168,50 m2 y además cuenta con:
• Demanda de calefacción: 13,20 kWh/(m2a)
• Carga de calefacción: 10 W/m2
• Demanda de refrigeración: 11,30 kWh/(m2a)
• Carga de refrigeración: 12 W/m2
• Consumo de Energía Primaria: 101 kWh/(m2a)
• Resultado Test de Hermeticidad: 0,25 renovaciones 1/h
Nombre | Gisela Bühl |
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Empresa | Ecoconstrucción |
Cargo | |
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