Cualquier proyecto de rehabilitación arquitectónica lleva implícito el encargo de habilitar de nuevo (re-habilitar) la edificación sobre la que se interviene, restituyendo la funcionalidad perdida y proporcionando unas condiciones de habitabilidad, confort y seguridad adecuadas. Pero supone además una oportunidad para establecer un diálogo entre pasado y presente que afecta a los tres principios de la tríada vitruviana: los materiales y sistemas tradicionales pueden convivir con nuevas técnicas constructivas (firmitas), las antiguas costumbres pueden tener eco en la vida contemporánea (utilitas) y las arquitecturas pasadas pueden dialogar con nuevas formas arquitectónicas (venustas).
La transformación de esa oportunidad en una rehabilitación exitosa es, en el caso que nos ocupa, un éxito compartido entre los promotores de la obra y los arquitectos proyectistas. Los primeros –que son además usuarios de la vivienda– mostraron una sensibilidad especial al determinar que la conservación y puesta en valor de la edificación existente debía ser una condición prioritaria en el proyecto. Los segundos –el estudio de TresPés Arquitectos– demostraron su buen oficio al concebir una rehabilitación que respeta la organización espacial de la parcela, despliega un lenguaje atemporal que puede leerse tanto en clave tradicional como contemporánea, y hace un uso racional de materiales como los bloques Termoarcilla® y las tejas cerámicas, que conjugan la tradición de la arcilla cocida con las prestaciones más avanzadas (fig. 1).
Fig. 1 (pág. anterior). Vista de la fachada trasera de la vivienda. Se aprecian las cubiertas de teja de la casa y del alpendre (en primer término). Fotografía de Iván Casal.
La vivienda unifamiliar rehabilitada por TresPés Arquitectos se sitúa en el término municipal de Culleredo (A Coruña), en una parcela de planta trapezoidal marcadamente alargada –con una longitud de 46 m y una anchura variable entre 7 y 9 m–.
En su estado previo a la intervención, la parcela contaba ya con una edificación principal destinada a vivienda y un alpendre utilizado como almacén cubierto. Ambas construcciones se disponían de tal manera que ordenaban y cualificaban el espacio, generando hasta tres zonas con diferentes usos: un pequeño atrio de acceso en el frente de la parcela, una eira (era) entre la vivienda y el alpendre, y una huerta detrás del alpendre.
Una vez analizado el lugar, los arquitectos decidieron mantener las dos edificaciones preexistentes en su ubicación original a fin de no alterar la gradación de espacios que generaba esta disposición (fig. 3). Para resolver la accesibilidad a la vivienda y mejorar su relación con la vía pública, demolieron el murete que cercaba el pequeño atrio de entrada y diseñaron un espacio abierto a la calle que da cabida a una escalera y una rampa de acceso a la casa, así como a una plaza de estacionamiento de vehículos.
Fig. 3. Axonometría de conjunto (estado reformado). En rojo, cubiertas de teja de la vivienda y del alpendre, ejecutadas con soluciones de Cerámica Campo. Dibujo de TresPés Arquitectos.
La edificación principal, construida hace más de 150 años, era originalmente una construcción en planta baja resuelta con muros estructurales de mampostería. En una intervención posterior se amplió su volumen en altura para construir una planta adicional, a cuyo efecto se recrecieron los muros con hormigón ciclópeo y se construyó una solución de cubierta a dos aguas de fibrocemento. Antes de iniciar la rehabilitación, la vivienda estaba distribuida siguiendo un sencillo esquema en dos plantas: la planta baja albergaba la zona de día, formada por una pequeña sala, una cocina y un aseo; la planta primera, dedicada a zona de noche, constaba de dos dormitorios.
A la hora de plantear el programa funcional de la nueva casa, se respetó la zonificación día/noche de la vivienda preexistente, transformando la planta baja en un espacio diáfano destinado a salón-cocina y disponiendo dos dormitorios en planta primera.
No obstante, para dar respuesta a las necesidades de los usuarios de la vivienda, que requerían de un tercer dormitorio, fue necesario ampliar el edificio en altura para construir un bajo cubierta. El forjado de esta nueva planta ocupa únicamente la parte central de la vivienda y no llega a tocar las fachadas del edificio, lo que permite dotar de un generoso volumen a los dormitorios de planta primera y crear un gran espacio a doble altura en la zona de circulación, cuyo recorrido ascendente remata en una red con vocación de hamaca para el disfrute de la lectura y la contemplación del cielo a través de la ventana de cubierta (fig. 4).
Fig. 4. Axonometría de la vivienda (estado reformado). Dibujo de TresPés Arquitectos.
Como consecuencia de esta ampliación, se hizo necesario recrecer en altura los muros de la vivienda y rematar la construcción con una nueva cubierta. Sobre la mampostería existente en planta baja, se ejecutaron nuevos muros de bloque Termoarcilla® de Cerámica Campo, que poseen una elevada resistencia mecánica y proporcionan un óptimo aislamiento termoacústico (fig. 5). Este mismo material se empleó también para reconstruir íntegramente la medianera norte del edificio, que se encontraba demolida en el momento de acometer el proyecto.
Fig. 5. La escalera de madera se adosa a una medianera de mampostería (en su parte inferior) y de fábrica revestida de bloque Termoarcilla® de Cerámica Campo (en su parte superior). Fotografía de Iván Casal.
Para la cubierta de la vivienda se buscó una solución que respetase los valores de la construcción tradicional y permitiese la integración de la vivienda en su entorno, optando por una estructura «de par e hilera» en madera y una cobertura de tejas curvas de Cerámica Campo sobre placa bajo-teja ondulada y aislamiento de poliestireno extruido.
En la cubierta «a la molinera» del alpendre se ejecutó el mismo tipo de cobertura de tejas curvas sobre placa bajo-teja y aislamiento térmico, logrando mejorar significativamente las prestaciones y el acabado que proporcionaba la cubierta de fibrocemento precedente (fig. 6).
Fig. 6. Vista frontal del alpendre, con cubierta a un agua de teja de Cerámica Campo. Fotografía de Iván Casal.
Alberte Pérez, de TresPés Arquitectos, explica que la elección de las tejas y los bloques Termoarcilla® de Cerámica Campo se debió a que “son productos fabricados de manera sostenible que ofrecen garantías frente a los rigores del clima gallego”.
La calidad y sostenibilidad de los productos de Cerámica Campo viene avalada por un proceso de fabricación realizado íntegramente en España de acuerdo con las?normas de gestión de la calidad (ISO 9001), de gestión ambiental (ISO 14001) y de gestión minera sostenible (UNE 22480), así como por su rigurosa documentación técnica: Certificados de calidad (AENOR N), Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), Fichas GBCe de información ambiental para la certificación con VERDE, LEED y BREEAM, etc. Sus ladrillos, tejas y bloques Termoarcilla® se producen con arcillas 100% naturales extraídas de forma responsable, son 100% reciclables y no emiten sustancias nocivas ni compuestos orgánicos volátiles (COVs), por lo que son respetuosos con el medioambiente y con las personas.
A nivel prestacional, las tejas de Cerámica Campo destacan por su durabilidad, su calidad de acabado y sus excelentes propiedades de resistencia a flexión (≥ 4000 N), impermeabilidad (coeficiente de permeabilidad de 0,000) y resistencia a la helada (hasta 700 ciclos de congelación/descongelación). Gracias a estas prestaciones, previenen el riesgo de rotura al transitar por la cubierta para tareas de mantenimiento, mantienen el tejado a salvo de filtraciones y humedades y tienen una larga vida útil incluso en los climas más exigentes.
Por su parte, los bloques Termoarcilla® de Cerámica Campo poseen unas prestaciones excepcionales de resistencia a compresión (f ≥ 10 N/mm²), aislamiento termoacústico (R = 1,078 m²K/W) e inercia térmica. Su uso contribuye a reducir las oscilaciones térmicas en el interior del edificio y a limitar las pérdidas de calor, mejorando con ello el confort de los usuarios y consiguiendo un ahorro energético. Por estos motivos, Termoarcilla® es un producto idóneo para edificios de consumo energético casi nulo (ECCN) y Passivhaus.
Nombre | Gonzalo Souto Blázquez |
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Empresa | Cerámica Campo |
Cargo | Arquitecto y Director técnico |
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