Una fachada enteramente construida de ladrillos de vidrio preside desde hace algunas semanas la entrada de una tienda de lujo en Amsterdam. La obra que disfrutan ahora los transeúntes de la famosa calle de compras P.C. Hooftstraat es el resultado de la creatividad del estudio de arquitectura MVRDV. Su aparente fragilidad dista mucho de ser real, curiosamente estos ladrillos de vidrio superan en fuerza a un ladrillo convencional. Sin duda se trata de una obra llamativa que además ha conseguido unir la arquitectura tradicional holandesa con las tendencias más actuales y dará un uso hasta ahora desconocido al vidrio en la construcción.
Como lingotes transparentes se amontonan los ladrillos de la fachada del proyecto “Crystal Houses”. Aún mientras se demolía el viejo edificio en Amsterdam, se producían en Italia estas piezas únicas en Poesía, una división especializada en crear productos de vidrio para la construcción y el diseño interior, que pertenece a la firma italiana Nuova Vetreria Resanese. Los maestros vidrieros italianos elaboraron de forma artesanal cinco tamaños diferentes de ladrillos transparentes para construir la fachada de dos plantas.
Además de adaptar el diseño del nuevo edificio a su histórico entorno, los arquitectos de MVRDV tenían que asegurar que la innovación clave de su obra era técnicamente viable. El mayor reto de la obra era asegurar que la estructura de ladrillos de vidrio iba a aguantar el peso de la fachada. Para ello los arquitectos contaron con el apoyo grupo de investigación de vidrio y transparencia de la de la Universidad Tecnológica de Delft. Ellos se dedican a buscar soluciones innovadoras para crear estructuras, fachadas y edificios de vidrio. También colaboraron la ingeniería ABT y la constructora Wessels Zeist.
La fase de prueba en el laboratorio fue prolongada. Para ello, una pequeña construcción de los ladrillos de vidrio fue sometida a presiones, flexiones, impactos y cambios de temperatura bruscas, para comprobar así su resistencia. Teniendo en cuenta que en un futuro iban a estar expuestas también a las inclemencias del tiempo y otros factores externos y a la falta de experiencia en ese tipo de construcción, estos tests eran de máxima relevancia para poder llevar a cabo el proyecto.
Sorprendentemente los resultados demostraron una enorme robustez del material, tanto que superó las expectativas de los investigadores. En un comunicado de la Universidad de Delft se comentaba al respecto que “puede hacer frente a una manada de elefantes o un ataque con un mazo de hierro”, de hecho se ha llegado a la conclusión que es diez veces más fuerte que una construcción de ladrillo tradicional. El dintel de vidrio demostró poder resistir a una fuerza hasta 42.000 Newton.
Alcanzar el bienestar visual ha sido otra tarea complicada. Para conservar la transparencia ha sido necesario buscar soluciones diferentes. No era posible utilizar morteros convencionales para erigir el muro. Gracias a un adhesivo transparente de la firma Delo, que se fija con luz ultravioleta se ha logrado una estética final incomparable. La obra ha servido como un laboratorio en vivo, donde se han utilizado nuevas prácticas y materiales. De hecho, los que buscaban albañiles en la obra se encontraban con trabajadores de guante blanco poniendo cuidadosamente un ladrillo sobre otro respaldado por investigadores de la Universidad.
Entre las nuevas posibilidades que abre esta obra a los arquitectos y al uso del vidrio en la construcción destacan, además de su resistencia, especialmente las excelentes propiedades del vidrio para ser reciclado. En este sentido los desechos del proyecto al igual que los ladrillos defectuosos han sido de nuevo fundidos y reutilizados en esta u otras obras. Por otra parte, una vez terminado el ciclo de vida del edificio toda la fachada puede ser reciclada para futuros usos. Un factor que encaja totalmente con las exigencias medioambientales actuales que tienen como prioridad reducir los residuos tanto durante la fase de construcción como en la demolición de una obra.
Para complementar la obra se ha confiado en el uso de las energías renovables. Así, una bomba de calor geotérmica se encarga de crear un clima interior confortable en el edificio que abarca 620m2 de superficie comercial y 220 m2 para vivendas.
(fotos: (c) Daria Scagliola & Stijn Brakkee)
Nombre | Gisela Bühl |
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