Revista Ecoconstrucción. Enero-Febrero 2021

ECOCONSTRUCCIÓN enero - febrero 21 • 27 tado en el otro extremo como el estandarte de la construcción masiva o pesada, pese a que su versatilidad le permite incluso llegar a reducir su densidad hasta por diez veces, con el empleo de áridos de arcilla expandida, arlita o ripiolita, o fibras metálicas y poliméri - cas como alternativa al refuerzo de acero. Asistimos desde la distancia y con cierta frecuencia a las consecuencias devastadoras que provocan sobre edificios e infraestructu - ras los fenómenos naturales que se producen en Estados Unidos, donde son más habitua - les y de una mayor variedad (huracanes, tor - nados, nevadas, etc.) y cuál es la respuesta recurrente y esperada de las construcciones pesadas (mucha mayor integridad) frente a las más ligeras. Es en episodios naturales extremos cuando realmente se ponen a prueba los materiales, siendo el mejor laboratorio de ensayos para testar su capacidad. Y es cuando, prestacio - nes como la resiliencia y durabilidad, ponen de manifiesto que la sostenibilidad en gene - ral y sus vertientes social y económica en particular, consisten precisamente en esto: proteger el bien construido y la vida de sus residentes y usuarios. Así que cabe hacernos la pregunta y reflexionar si la ligereza es la mejor vía para asegurar que dispongamos de edificios e infraestructuras resilientes, tenaces y dura - bles con suficiente capacidad para mante - nerse íntegras y estables ante fenómenos naturales de extrema intensidad. O si por el contrario, el hormigón ya sea plasmado como elementos prefabricados o como elementos ejecutados in situ, debería continuar siendo el material que nos asegurará en general una mayor certeza y confianza sobre la capacidad de los edificios que nos cobijan o las infraes - tructuras básicas que necesitamos.  Estructura de hormigón de un edificio.

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