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25/02/2025 / Patricia Ordiz Polo

Inmaculada Recio

La organización y coordinación no fueron sencillas, pero la voluntad y el compromiso de los voluntarios fueron inquebrantables. Entre los más de 200 profesionales que se unieron a la causa, además de las familias que recibieron ayuda, había más de 40 voluntarios en el pabellón de la Feria de Valencia y más de 10 personas trabajando en el call center

Datos de Inmaculada Recio
Nombre Inmaculada Recio
Empresa Interioristas en Acción
Cargo Arquitecta y socia
Biografía

Entrevista

 

El 29 de octubre de 2024, la Comunidad Valenciana fue testigo de una de las catástrofes naturales más devastadoras de los últimos años, cuando una DANA provocó lluvias torrenciales y graves inundaciones. Sin embargo, en medio de la tragedia, surgió una iniciativa que, con gran dedicación, aporta esperanza y ayuda a quienes más lo necesitaban. Interioristas en Acción, un grupo de profesionales del interiorismo, arquitectura y diseño, unió fuerzas para restaurar viviendas, espacios públicos y devolver la funcionalidad y seguridad a las zonas más afectadas. En menos de 48 horas lograron crear una página web y un perfil en Instagram, que pronto se convirtió en el epicentro de una red solidaria a nivel nacional. Rápidamente empezaron a llegar mensajes de apoyo de interioristas desde diferentes ciudades como Bilbao, Asturias, Cartagena, Andalucía y Barcelona. En pocos días ya eran más de 200 personas trabajando para ayudar a los afectados por la DANA.

 

¿Cómo surgió la idea de formar Interioristas en Acción? ¿Cómo se organizó la iniciativa en sus primeros días?

La idea de Interioristas en Acción nació como un gesto espontáneo entre amigos del sector, impulsado por la necesidad de ayudar tras la DANA. En los primeros días, la prioridad fue organizar la logística para coordinar las donaciones y contactar con las familias damnificadas. Conforme la iniciativa creció, nos dimos cuenta de que era necesario un espacio logístico adecuado para almacenar y distribuir todo lo recibido. Fue entonces cuando la Feria de Valencia y la Fundación FDI se sumaron al proyecto.

Uno de los retos más importantes, además de conseguir las donaciones, fue garantizar que la ayuda llegara de manera rápida y eficaz a las personas que más lo necesitaban. Para lograrlo, establecimos un sistema de organización muy claro: un grupo de voluntarios se encargó de crear un call center para la gestión directa con cada damnificado.

La organización y coordinación no fueron sencillas, pero la voluntad y el compromiso de los voluntarios fueron inquebrantables. Entre los más de 200 profesionales que se unieron a la causa, además de las familias que recibieron ayuda, había más de 40 voluntarios en el pabellón de la Feria de Valencia y más de 10 personas trabajando en el call center. Muchas de estas familias no solo habían perdido sus hogares, sino que se encontraban en situaciones de extrema vulnerabilidad, en riesgo de exclusión social o eran personas mayores.

En resumen, lo que empezó como un pequeño gesto de solidaridad se transformó en una red de apoyo nacional.

 

¿Qué fue lo más desafiante al comenzar con esta iniciativa?

Al principio, uno de los mayores desafíos fue la rapidez con la que tuvimos que actuar. El tiempo jugaba en nuestra contra y era momento de actuar. Otro gran reto fue coordinar las donaciones y gestionar el flujo de materiales que llegaban a la Feria de Valencia para poder entregarlos cuanto antes. La demanda de ayuda aumentaba cada día.

Otro de los aspectos más complejos fue el transporte desde el lugar de donación hasta la Feria de Valencia.

 

En términos de impacto, ¿cómo evalúan el trabajo realizado durante las primeras semanas después del desastre?

Durante las primeras semanas, la evaluación de nuestro trabajo se centró en la rapidez y eficiencia con la que estábamos respondiendo a las necesidades de las familias afectadas.

Uno de los primeros aspectos que evaluamos fue la capacidad de nuestra red de apoyo y la eficiencia en la distribución. También analizamos la respuesta de nuestro equipo de voluntarios, que diariamente contaba con más de 50 personas, entre civiles y la UME.

Este proceso de evaluación constante nos permitió mejorar rápidamente nuestra logística y seguir creciendo como organización para enfrentar los desafíos de la emergencia.

 

¿Hubo alguna historia de colaboración entre diferentes comunidades o sectores que les marcó?

Sí, sin duda. Hubo muchas historias de colaboración que nos hicieron conscientes de la fuerza de la solidaridad colectiva. En situaciones difíciles, el ser humano es capaz de sacar lo mejor de sí mismo para ayudar, sin importar de dónde venga o quién sea.

Recibimos materiales de varias comunidades autónomas e incluso de otros países europeos con los que trabajamos habitualmente. También nos marcó profundamente la colaboración con la Fundación FDI y la respuesta de pequeñas y medianas empresas, que acudieron a nuestra llamada de socorro.

La solidaridad espontánea y la voluntad de colaboración fueron lo que más nos impresionó.

 

¿Cómo ven la evolución de Interioristas en Acción en el futuro?

Desde su inicio, Interioristas en Acción ha contado con voluntarios y empresas del sector que han ofrecido su tiempo y dedicación. Sin embargo, las necesidades siguen siendo enormes, con más de 6.000 solicitudes de ayuda recibidas desde el comienzo de la iniciativa.

Seguimos necesitando donaciones económicas y materiales, que son cruciales para continuar ayudando. Nuestro objetivo es seguir llegando a todas las personas que lo necesiten y, con el apoyo de más empresas y entidades, estamos convencidos de que podemos seguir marcando la diferencia.

 

¿Creen que la asociación podría expandirse?

Interioristas en Acción ha crecido rápidamente gracias a la difusión en redes sociales, prensa y otros medios. Hemos aprendido a gestionar mejor la logística, la distribución de materiales y la atención a las familias afectadas. Aunque nuestra capacidad de expansión es limitada, estamos seguros de que, ante una nueva emergencia, estaremos listos para actuar con la misma determinación y compromiso.

 

¿Cómo creen que el diseño de interiores puede jugar un papel crucial en la prevención y mitigación de daños en futuras catástrofes naturales?

El diseño de interiores no trata solo de estética, sino también de funcionalidad y adaptabilidad. En situaciones de emergencia, puede desempeñar un papel fundamental en la prevención y mitigación de daños. Un diseño bien pensado puede mejorar la estabilidad estructural, promover el uso de materiales sostenibles y resistentes a las inclemencias climáticas, y facilitar la recuperación de espacios dañados.

En definitiva, creemos que el diseño de interiores tiene un papel clave en la creación de ambientes resilientes y sostenibles, contribuyendo a un mundo más preparado para enfrentar futuras emergencias.

 

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