Su excepcional resistencia a la tracción, compresión y corrosión y su elegancia y sencillez hacen del acero uno de los materiales de construcción más populares y confiables. Además de por su resistencia a las altas temperaturas y su bajo coeficiente de dilatación, también destaca por su alta reflectividad, que da un aspecto lustroso y brillante a sus acabados y le otorga ese estilo sobrio y refinado que nunca pasa de moda. Es por eso por lo que es el material más usado para la rehabilitación de edificios históricos.
Sin embargo, para que los sistemas de carpintería de acero para puertas y ventanas de Jansen se hayan convertido en una referencia internacional han tenido que reunirse otros factores más mundanos, como la durabilidad que les proporciona el acero y sus espectaculares resultados en términos de eficiencia energética que les han posicionado definitivamente por delante de otras soluciones ‘aparentemente’ más económicas.
Viendo las cifras puras y duras, las puertas y ventanas de acero resultan más rentables que las de aluminio. Y eso, sin tener en cuenta que proporcionan un valor añadido difícilmente computable en términos de salud y bienestar, gracias a su alto grado de seguridad técnica y protección contra la intrusión -la gama de sistemas de Jansen Iberia no sólo ofrece una protección fiable contra el fuego y el humo, sino también una protección eficaz contra robos, fuego y balas-. Es decir, que, además de durabilidad, versatilidad, estética, confort y ahorro, también ofrecen la máxima seguridad.
En comparación con el aluminio, comprobamos que las soluciones en acero de Jansen se comportan entre un 10 y un 25% más eficientes la hora de ofrecer aislamiento térmico, tanto frio en invierno como calor en verano, lo que puede suponer un ahorro entre el 5 y el 15% en aire acondicionado y calefacción. En cuanto a su vida útil, las carpinterías de alta gama de aluminio tienen certificados 50 años. El acero, como mínimo, 75. Además, las soluciones de carpintería de acero de Jansen permiten trabajar cómodamente en grandes formatos. Por ejemplo, el acero de Jansen Iberia permite la construcción de puertas peatonales de siete metros o más de altura. En el caso del aluminio, por encima de cuatro metros ya sufren serios problemas, por lo que tienen que recurrir a refuerzos de acero. Otro dato que impacta en la estética, es el hecho de que una puerta de acero de esa altura sólo necesitaría tres bisagras, mientras que una de aluminio exigiría 10 o 12, con el consiguiente problema estético.
Pero es que, más allá de todas estas ventajas, descubrimos que, para fabricar estos sistemas de perfiles de acero innovadores, vanguardistas y eficientes, el acero consume menos agua y energía que el aluminio (un 20-25% menos de agua y entre 5 y 6 veces menos de energía).
Si para construir un edificio se necesitan 100 toneladas de aluminio, la fabricación necesitará una cantidad de agua equivalente al consumo anual de una ciudad de más de 200.000 habitantes y una cantidad de electricidad equivalente al consumo anual de una ciudad de más de 600.000. Además, el agua utilizada para la producción de aluminio proviene de ríos, mares y océanos y todas sus fábricas necesitan estar ubicadas junto a una de estas fuentes de agua. Estas factorías liberan el agua utilizada en la producción a más de 70°C, lo que destruye fauna y flora en un amplio perímetro alrededor del vertido.
Donde el aluminio sí gana al acero es en el precio final. Un aluminio de alta calidad puede costar un 20% menos, llegando hasta el 70% si el aluminio es de calidad media o incluso más si es de calidad baja, aunque no es recomendable usar esta tipología, ya que, si bien es un material muy barato y ayuda a reducir costes al principio, la probabilidad de que haya que cambiar toda la instalación en menos de 10/15 años o de revisarla con mucha asiduidad es grande, lo que se traduce en un aumento considerable del presupuesto destinado a corto-medio plazo. El dicho “lo barato sale caro” se puede usar claramente en estos casos.
Jansen Iberia utiliza el acero galvanizado ZF 100 (con una capa de zinc-hierro) para los tratamientos superficiales de sus sistemas de acero para puertas y ventanas (galvanizados tanto por el interior como por el exterior), lo que les otorga una protección integral contra la corrosión y el paso del tiempo, ventajas a la hora de la fabricación (mejor comportamiento de soldadura, producción más rápida, excelente adherencia del lacado y más eficiencia), y en lo relativo al respeto del entorno (amigable con el medioambiente y sin productos químicos).
Por lo tanto, estos sistemas no sólo resultan rentables desde un punto de vista económico, sino también en lo relativo al cuidado y el respeto al medioambiente, ya que el acero con el que se fabrican puede reciclarse tantas veces como se desee sin que pierda sus propiedades -con un contenido reciclado de hasta el 25% ni siquiera tiene que ser identificado como tal- y con el mismo aislamiento térmico y acústico excelente que siempre ofrecen los perfiles de Jansen Iberia.
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