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23/07/2018 / Gisela Bühl / 634

APIEM hace hincapié en la necesidad de instalar diferenciales eléctricos como “seguro de vida”

Ante la trágica muerte de un joven electrocutado en una piscina de Córdoba, y a la espera de datos específicos de la investigación del terrible suceso, APIEM (Asociación Profesional de Instaladores Eléctricos y de Telecomunicaciones de Madrid) recomienda una vez más contar siempre con diferenciales en todas las instalaciones eléctricas porque son “un seguro de vida”. Asimismo, en este caso, la asociación explica la necesidad de contar con una red equipotencial de las partes metálicas anejas a la piscina que permitiera derivar la corriente eléctrica en caso de fuga. El pasado mes de mayo, un hombre moría electrocutado en Sabadell mientras se duchaba en su domicilio.

A la espera de versión oficial de los peritos, el diario ABC apuntaba, según sus fuentes informativas,  que el joven podría haber muerto accidentalmente tras tocar un cable suelto que se encontraba en la zona de la depuradora de la piscina familiar. De confirmarse este punto, APIEM también añade que hay que tener en cuenta que los cuartos de las depuradoras suelen encontrarse en malas condiciones de humedad, a lo que hay que sumar que el cloro y los productos de mantenimiento de las piscinas liberan vapores que pueden corroer el material eléctrico.

Respecto a lo beneficios del diferencial, la asociación madrileña de instaladores eléctricos explica  que “es un elemento que controla la intensidad de la corriente eléctrica. Toda la intensidad que sale por un cable vuelve por el otro, si en un momento determinado, dentro de la vivienda o de la instalación, hay una fuga de un solo cable, ese diferencial al notar que lo que sale no es igual a lo que entra, se dispara y la corriente eléctrica se corta. Si sale un amperio, lo normal es que vuelva un amperio; si sale un amperio y vuelve 0.90, esa diferencia de 0.10 la detecta el diferencial y corta la corriente", explica.

Existen instalaciones antiguas que se realizaron sin interruptor diferencial y “actuaciones inconscientes de personas que conectaban uno de los cables con el fin de poner potenciales ajenos al suministro legal, así como permutaciones de la fase por el neutro cuando hay fugas de corriente en circuitos monofásicos. En definitiva, prácticas temerarias por personas no profesionales y legalmente habilitadas que se dedican a la realización de chapuzas y averías”.

En este sentido, APIEM recomienda siempre la contratación de un instalador eléctrico autorizado como garantía de servicios de calidad y de seguridad para los usuarios finales.  Del mismo modo, la asociación anima a los instaladores a acreditarse de forma y contar con un carné certificado, ya que es una herramienta que proporciona al instalador transparencia en la gestión de sus servicios de cara al cliente. Además, al usuario final le aporta la seguridad de que una empresa instaladora autorizada por la Comunidad de Madrid realizará cualquier modificación en la instalación eléctrica o de telecomunicaciones de su vivienda.

 

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