Una vivienda que se integra por completo con su entorno y se funde con la vegetación, en los alrededores de Santiago de Compostela La vivienda se desarrolla íntegramente en planta baja, con una superficie de 700 metros cuadrados, en la que todas las estancias mantienen una relación directa con el exterior La técnica empleada en la mampostería de granito, continúa con la ancestral tradición de la arquitectura popular gallega, y contrasta con las superficies blancas de las cubiertas.
Casa Vidalverde, cerca de Santiago de Compostela (Galicia), es el último proyecto del estudio Paco Galiñanes, una vivienda que se integra por completo con su entorno y se funde con la vegetación.
La casa se desarrolla de forma extensiva en una sola planta, con una superficie de 700 metros cuadrados, dentro de una amplia parcela de 3000 metros cuadrados, en la que todas las estancias se vuelcan hacia el exterior.
“Los propietarios querían una vivienda de planta baja, con la mejor orientación posible y en conexión directa con el entorno. Por este motivo, se optó por fragmentar la volumetría, para reducir la escala y facilitar la integración de manera fluida con el jardín”, explica el arquitecto Paco Galiñanes.
El hogar familiar comprende una zona de día con cocina, comedor, salón, estudio y gimnasio; y una zona de noche con 4 dormitorios con vestidor y baño. Las principales estancias cuentan con acceso directo al jardín, donde la selección de especies florales y arbóreas contribuyen a personalizar cada rincón.
Los amplios porches protegen de las persistentes lluvias en invierno y actúan como protección solar en verano. La continuidad de los techos y los pavimentos permite que los espacios se prolonguen hacia el exterior.
“Dada la notable dimensión de la vivienda, los propietarios buscaban un estudio de arquitectura con la envergadura suficiente para poder abordar un proyecto de estas características, y nuestros trabajos anteriores les daban garantías en ese sentido. El mayor reto consistió en combinar el amplio programa de necesidades de la familia con una escala doméstica, para que fuera muy acogedora”, recalca el arquitecto.
En cuanto a los materiales, la Casa Vidalverde se integra perfectamente en el paisaje mediante el uso de técnicas y materiales tradicionales como la piedra o la madera, propios de la arquitectura popular.
Un potente zócalo de piedra pone a la vivienda en contacto con el terreno y asume las irregularidades de la topografía. La mampostería de granito silvestre con junta “a hueso”, se apareja sin emplear cemento, ni mortero.
La cubierta se concibe como un elemento ligero posado sobre los robustos muros de piedra, y recuerda por su acabado blanco a los paramentos encalados de las construcciones tradicionales.
Todos los huecos de la vivienda se llevan de suelo a techo, dejando los perfiles de las carpinterías ocultos, para potenciar la sensación de continuidad entre el hogar y el jardín.
El interior se constituye con materiales cálidos como la madera, presente en los pavimentos, las carpinterías y el mobiliario. El diseño integral de todos los elementos que componen la vivienda por parte del estudio Paco Galiñanes contribuye a dotar de unidad al espacio interior, manteniendo la misma idea de armonía con el paisaje y fluidez presente en todo el proyecto.
Fotografía: Roi Alonso
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