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30/04/2025 / Patricia Ordiz Polo / 282

El proyecto Irontec transforma una oficina frente a la ría de Bilbao

 

El proyecto Irontec, desarrollado por Iker López Estudio en la ciudad de Bilbao, es una intervención transformadora que nace con un encargo inicial muy concreto: reorganizar los puestos de trabajo de una empresa en expansión, la que da nombre al proyecto, y mejorar estéticamente sus oficinas.

Sin embargo, a medida que avanzaba, el proyecto se amplió significativamente, convirtiéndose en una reforma integral de casi la mitad de la planta del edificio, pasando de 400m2 a más de 600m2. El reto fue, no solo reorganizar y optimizar el espacio, sino también crear un entorno que reflejara la identidad y valores de Irontec, una empresa tecnológica joven y dinámica.

“El proyecto empezó siendo algo muy funcional, orientado a reorganizar puestos de trabajo y mejorar la eficiencia del espacio en sí”, explica Iker López, fundador y director del Estudio, “pero cuando surgió la posibilidad de ampliar la superficie, tuvimos que cambiar la estrategia y pensar en algo mucho más ambicioso. La intervención pasó de ser puntual a duplicarse y nos centramos en crear un espacio fluido y flexible que fuera eficiente, pero también visualmente atractivo y socialmente estimulante”.

En este sentido, la estrategia fue clara: había que perder el menor número de días laborales posible. Por ello, el estudio decidió trabajar en dos fases. La primera puramente práctica y técnica, en la que se volvió a hacer otro estudio exhaustivo, esta vez con la nueva ampliación de superficie, y durante la que se optimizaron todos los puestos de trabajo y se garantizó que la oficina recobrase su ritmo habitual de trabajo en un plazo muy corto de tiempo. En esta fase se dejó planteado el marco para una actuación más singular que llegaría, ya sí, en la segunda etapa del proyecto.

Ésta consistió en el diseño y prefabricación en taller, para su posterior montaje, de todos los nuevos elementos incorporados que se instalaron en tan solo un fin de semana, sin paralizar la actividad laboral de la empresa. La coordinación entre el estudio y la empresa Miabsa, encargada de desarrollar el trabajo de carpintería a medida y del montaje del sistema, ha sido esencial para el éxito en tiempo y forma de esta etapa del proyecto. También la colaboración estrecha con Guria, proveedores de iluminación y electricidad, así como con la Universidad de Mondragón, gestores del edificio, que en todo momento fueron muy razonables y facilitaron el proceso, como aseguran desde el estudio.

 

El árbol como concepto

Al inicio, el estudio planteó el concepto de “árbol” como elemento central de la propuesta con la intención de hacer girar el espacio interior sobre vegetación y elementos naturales. Pero esta idea, al igual que el proyecto en sí, fue evolucionando hacia una solución más abstracta y simbólica, integrada de manera fluida con la funcionalidad del espacio de trabajo. El concepto se transformó hasta reinterpretar la naturaleza a través de reflejos y elementos tecnológicos que aportaran luz, dinamismo y conexión con el entorno natural exterior, visible a través de los amplios ventanales que dan a la ría de Bilbao.

Como relata López, “empezamos planteando vegetación natural, pero la luz fue un desafío. Así que, el proyecto evolucionó hacia un ‘tecnoárbol’ que no solo era decorativo, sino que prestaba soporte a la vegetación, al almacenamiento, a la iluminación… buscando crear un bosque artificial dentro de la oficina. Cuando se duplicó la superficie del proyecto, la estrategia cambió y pasamos de la pragmática a un enfoque más abstracto, aprovechando los reflejos como elemento compositivo. El concepto de un paseo por el bosque, con sus reflejos efímeros generados por el viento, la luz y las ramas, se convirtió en el corazón del diseño”.

 

Adaptación a la preexistencia

Uno de los mayores retos del proyecto fue trabajar con las columnas industriales de un metro de diámetro que dividían el espacio. Sin embargo, Iker López ha sido siempre un defensor de adaptar los proyectos a la preexistencia del espacio, buscando sacar partido de los elementos que ya están allí. Esta línea de trabajo es, de hecho, una de las señas de identidad del estudio que, en este caso, abordó las columnas no como un obstáculo, sino como una oportunidad.

“Las columnas, en principio, parecían un reto, pero nos permitieron generar espacios más funcionales. Aprovechamos su geometría para crear áreas fluidas, centrípetas, donde los trabajadores pudieran moverse con naturalidad, sin perder la conexión con el resto del espacio. Fue una oportunidad para crear una circulación más espontánea y distendida, donde cada elemento tiene una función, pero también un carácter simbólico", continúa el arquitecto. Y es esto precisamente, la importancia de la flexibilidad y la innovación en los espacios de trabajo, lo que el estudio de arquitectura también ha buscado generar y potenciar con su reforma.

Por ejemplo, la sala de reuniones principal se ha ubicado en el centro del espacio y se ha vestido con el color corporativo de la empresa. También se ha diseñado un pequeño ágora para cursos de formación y eventos y un “quesito” que genera una zona más íntima para videollamadas o reuniones de carácter más privado. También se ha dispuesto una zona común de trabajo en la que el mobiliario se adapta a las columnas, creando áreas rotatorias para reuniones informales o puestos de trabajo temporales. Se han tenido, por tanto, muy en cuenta, las necesidades de un entorno laboral contemporáneo, en el que la colaboración y la creatividad se valoran y se impulsan. A través del diseño de todas estas zonas, el proyecto fomenta la interacción entre los empleados sin perder un ápice de funcionalidad.

Como el propio responsable reconoce, “la integración de espacios colaborativos y dinámicos es fundamental. Hoy en día, las empresas necesitan flexibilidad, y eso se refleja en el diseño. Creamos espacios para reuniones formales e informales, zonas rotacionales que permiten adaptarse a diferentes necesidades y circulaciones fluidas que no interrumpen el flujo de trabajo. Todo está pensado para que los empleados puedan moverse con libertad y colaborar de forma más natural”.

 

Materiales y recursos sencillos: resultados creativos

Aunque los materiales utilizados en el proyecto son relativamente sencillos, el resultado final es un diseño impactante y lleno de creatividad. La clave ha estado en el análisis conceptual y en la capacidad de transformar recursos humildes en elementos de gran valor estético y funcional. “Se trata”, reconoce Iker López, “en sostener una mirada creativa. A veces no es cuestión de usar materiales caros, sino de entender cómo transformar otros más humildes y darles un nuevo uso. Creo firmemente que lo que nos rodea tiene un gran potencial transformador, solo hay que aplicarles una visión diferente y cambiar su uso habitual. En este caso, los materiales más sencillos nos han ayudado a crear un espacio que no solo es funcional, sino también emocionalmente atractivo”.

Bajo esta mirada, una aproximación recurrente en otros proyectos del estudio, Iker López ha apostado por las membranas de PVC viniladas como una de las soluciones más innovadoras del proyecto que acotan mediante colores el espacio y se separan del suelo 1cm. Con ellas se han creado los reflejos de los árboles y las dinámicas de luz dentro de la oficina. Estas lamas suspendidas generan un juego continuo de luces y sombras que cambia constantemente dependiendo de las corrientes de aire y la luz natural.

“Trabajar con este recurso, lejos de lo que puede parecer, ha sido complicado. No tuvimos mucho margen de prototipo debido a los plazos ajustados, pero con el apoyo de empresas como Arte y Tela, que respondieron con un alto nivel de compromiso y exigencia, y un equipo comprometido, conseguimos que las lamas se instalaran perfectamente. Fue un reto técnico, pero el resultado es un espacio en constante cambio, muy dinámico. El juego de reflejos entre las membranas, el viento y las luces que entran por el ventanal nos remite a la naturaleza de una manera abstracta y muy envolvente”.

Y es aquí, en este punto, dónde se puede decir claramente que el proyecto Irontec ha cumplido su objetivo. Se trata, a fin de cuentas, de un buen ejemplo de reforma en el que un espacio de trabajo evoluciona de una simple reorganización a una intervención integral que transforma el lugar en un entorno más eficiente, dinámico y alineado con la identidad de la empresa.

A través de soluciones innovadoras y una planificación que integra lo técnico, lo funcional y lo estético, Iker López Estudio ha logrado dar forma una oficina que responde a las necesidades laborales de Irontec, y que, a su vez, fomenta la creatividad, el bienestar y la fluidez en el día a día de sus empleados. “Estamos muy satisfechos con el resultado. Este proyecto ha sido un gran reto, por la gestión, los tiempos y el presupuesto, pero al final es muy gratificante comprobar cómo los trabajadores, casi de manera innata e intuitiva, atraviesan los espacios de su nueva oficina de la manera fluida que imaginamos desde el inicio”, concluye Iker López.

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