Evolución por subsectores en el mercado español. Índices de producción a precios constantes, base 2017=100
La previsión para el conjunto del sector construcción en España es ligeramente más optimista que la publicada en el informe Euroconstruct de invierno. La confianza en la recuperación ha crecido al constatar que el 2020 (-10,4%) ha resultado menos dramático que lo que se temía y, pese a que el arranque del 2021 ha estado plagado de incertidumbres, se prevé un segundo semestre plenamente operativo con el que conseguir un crecimiento del 5,5%. Este ritmo de avance se podría mantener un año más (6% previsto para el 2022) con lo cual se recuperarían los niveles de producción del 2019, tal como en el resto de Europa. En la proyección para el 2023 ya esperamos crecimientos menos extremos (3,5%).
El mercado de la vivienda crecerá tanto por la parte de la edificación de nueva planta como por la de la rehabilitación. Sin embargo, se trata de crecimientos de una naturaleza diferente. Simplificando bastante, podría decirse que la nueva planta espera crecer por sus propios medios (se confía en que la demanda se recupere, sea demanda de uso o de inversión) mientras que la rehabilitación está más a expensas de los estímulos del Plan de Recuperación. Por la parte de la vivienda de nueva planta, el año 2020 acabó con -11,1% menos de producción y con una cartera de proyectos mermada, pero recuperable. La oferta está lejos de saturarse, los precios aún no plantean un problema y se ha anunciado un repunte de la promoción pública. En estas condiciones, se espera que 2021 y 2022 sean aún años de ajuste, con crecimientos entre el 6 y el 7%, con los que se volvería a la producción prepandemia. Por tanto, 2023 será el primer año en el que la tasa de crecimiento por fin indique una auténtica expansión del mercado, que hemos situado a un nivel prudente (3%).
Mercado no residencial y obra civil
Tal como sucede a nivel europeo, el mercado no residencial es el que tiene una perspectiva más incierta: ha sufrido un 2020 particularmente negativo (-14,2%) y pese a que la previsión para los años siguientes contempla crecimiento (entorno al 2,5% anual) es insuficiente para recuperar el volumen de mercado perdido. En sentido estricto, no se puede concluir que el global de este mercado se encuentre en una situación frágil, sino que están conviviendo nichos con auténtico impulso (logística y oficinas) con otros en donde la demanda plantea interrogantes. Pese a que el Plan de Recuperación incluye partidas específicas destinadas a educación, sanidad y turismo, no se espera que acaben repercutiendo en construcción de una manera significativa.
La ingeniería civil parte con la ventaja de haber padecido un 2020 menos crítico (-6,6%) que el resto de los subsectores y con el impuso extra que puede proporcionar el Plan de Recuperación. Tal como hemos mencionado en la vivienda, habrá nichos de mercado muy condicionados por el éxito que tenga el Plan, mientras que otros crecerán por sus propios medios. Los nichos más expuestos a los fondos Next Generation son el transporte ferroviario y la infraestructura hidráulica. Por otra parte, aunque la inversión en viario tiene un difícil encaje con los requisitos de la UE, entrará en uno de los habituales ciclos alcistas provocados por las elecciones locales. La energía es un caso particular: es un candidato claro para beneficiarse de los fondos europeos, pero las subastas de renovables confirman que el capital privado sigue predispuesto a invertir en este sector, haya ayudas o no. El escenario que proponemos tiene en cuenta el calendario de implementación del Plan de Recuperación y sitúa el punto de máximo crecimiento en 2022 (7,5%), con expectativas para 2021 y 2023 entorno al 5,5%.
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