La intervención se llevó a cabo mediante la hinca de 19 micropilotes MPR/60 y 4 inyecciones dobles de resina HDR300 bajo el terreno.
Cuando en edificios como en naves industriales, construcciones que exigen un funcionamiento regular para que no se interrumpa la producción de forma temporal o permanente, aparecen problemas estructurales, es fundamental atajarlos mediante la utilización de técnicas efectivas realizadas por expertos, ya que de esta manera se asegura que el daño quede subsanado y que no vuelva a manifestarse. Sin embargo,en ocasiones no se lleva a cabo esta práctica, por lo que la patología, inconvenientes y daños se incrementan aún más.
Así, Geonovatek tuvo que actuar recientemente en una nave industrial de Valladolid para solucionar un asentamiento diferencial que no se solventó con las técnicas adecuadas en un primer momento. En este sentido, una de las zapatas centrales presentaba un asiento diferencial de entre 3 y 4 cm, ante el cual se realizó un refuerzo de dicha zapata ampliando su superficie, pero no fue efectivo, aumentando el asiento cada vez más. Respecto al terreno, la parcela de la nave presenta una ligera pendiente descendente hacia el noroeste, hacia el Canal del Duero, que fue nivelada con una cuña de rellenos. Asimismo, se encuentra a una altitud de 710 m sobre el nivel del mar.
Ante esta situación, en la que GeoNovatek tenía que solucionar definitivamente problemas estructurales vinculados al asiento diferencial de una zapata, la compañía realizó una doble intervención: consolidación del terreno y recalce de la cimentación bajo el terreno. Para consolidar el terreno se utiliza la resina HDR300, con el objetivo de incrementar la capacidad portante del suelo bajo la cimentación, además de rellenar los huecos y microvacíos que pudiera haber. En este caso, se utilizaron 4 inyecciones dobles.
Dicha técnica se inicia llevando a cabo varias perforaciones de entre 10 y 26 mm de diámetro, que atraviesan la losa. A continuación, se insertan varias cánulas metálicas en cada una de las perforaciones, en las que a su vez se realizan las inyecciones de resina HDR300 justo debajo del plano de apoyo de la losa, expandiéndose hasta llegar a un estado sólido debido a una reacción química. Una vez que se solidifica, la resina rellena todas las oquedades y crea un estrato entre el terreno y la cimentación de elevada resistencia a la compresión.
Tras la consolidación del terreno se procedió al recalce de la cimentación, con el objetivo de lograr la transferencia de parte de la carga de la estructura hasta estratos de mayor resistencia y profundidad, instalando para ello 19 micropilotes bajo el suelo.
Esta complicada intervención se pone en marcha efectuando varias perforaciones de 64 mm de diámetro, que atraviesan verticalmente la zapata. A continuación, en estas perforaciones se introducen los micropilotes por presión continua, evitando las excavaciones, empleando como contrapeso, la propia estructura, mediante punto de enganche para el pistón hidráulico con los adecuados pernos de anclaje. Los elementos que configuran el micropilote se introducen uno tras otro, uniéndolos entre sí con un manguito roscado macizo.
Cuando el micropilote encuentra una formación que le permita resistir la fuerza de hincado previamente especificada, el pistón se desengancha y el micropilote se ancla a la cimentación a través de un mortero especial de anclaje.
Firmado Carolina Iglesias
Ingeniera obras públicas
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