El Comité Sectorial de Detección de TECNIFUEGO-AESPI, en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona, ha organizado la Mesa Redonda anual sobre Protección contra Incendios (PCI), en general, y detección y alama, en particular. Un foro donde profesionales reconocidos discuten sobre los retos presentes y ofrecen una perspectiva futura de desarrollo, tratando un tema especial, en esta ocasión: Edificios Verticales de Vivienda y Urbanizaciones Singulares.
Así, el enfoque del debate tratará de concienciar sobre el riesgo inherente de incendio en los edificios de viviendas. Para el profesional esta es una cuestión obvia, pero, sin embargo, hoy día sigue siendo un reto el reconocimiento de este riesgo por parte de la mayor parte de la población. Es pues una cuestión cultural y de falta de concienciación social que finalmente se traduce en no reconocer el riesgo de incendio que existe también en los hogares y que, lamentablemente, se está comprobando a lo largo de 2014, con una de las tasas mayores de accidentes y fallecimientos por incendio de la última década, 51 fallecidos en el primer trimestre.
En este sentido, no hay mejor modo de elevar los estándares de prevención que a través de la exigencia de los usuarios. En la actualidad, el Código Técnico de la Edificación (CTE) sólo establece la necesidad de detección de incendios en viviendas cuya altura de evacuación sea superior a 50 m, aunque la tipología de edificios de uso vivienda es variada, y las razones para ver mejorada la protección también lo son.
Obviamente, donde existe mayor peligro es en los edificios de “gran altura”, precisamente por la dificultad del aviso y tiempos de evacuación para los inquilinos. Este tipo de bloques que acostumbran a tener 10 o más plantas de altura tienden a concentrar bastantes viviendas con una sola salida de emergencia (la escalera de acceso) y, según su antigüedad, podemos encontrarnos con severas complicaciones para la evacuación.
Otro grupo edificatorio de riesgo, por concentrar a muchas viviendas juntas e interconectadas, son los grandes complejos y urbanizaciones, que suelen estar cerrados al público externo y que ofrecen unos servicios comunitarios comunes, con salones de reuniones y espacios para actividades de niños, jóvenes o personas mayores, y cuyos elementos de protección contra incendios, por ley, son escasos, sin estar obligados, por ejemplo, a instalar sistemas de detección de incendios.
También debemos referirnos a la necesidad de exigir protección contra incendios en pisos tutelados para mayores o vivienda social.
Por último, plantear la nueva tendencia de los “apartamentos turísticos”, que están proliferando en ciudades como Barcelona, como alternativa a los hoteles para grupos de turistas que quieren estar alojados juntos a un coste más reducido. Este tipo de apartamentos, en la actualidad, no contemplan ningún tipo de protección contra incendios, teniendo, en algunos casos, capacidad hasta para 8 o más personas. Este tipo de “apartamentos turísticos”, están proliferando en cualquier edificio de viviendas, con el riesgo de incendio que supone alojar a nuevos inquilinos en periodos cortos de tiempo y normalmente en situaciones de diversión no habituales.
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