La caseta funciona con el sistema abierto KNX para subir y bajar el vestidor de la mascota, abrir o cerrar cortinas y crear escenas de descanso para el animal. La primera edición de la feria de diseño y arte, MIAD, abre sus puertas en la Plaza de Toros de las Ventas, en Madrid, hasta el domingo 17 de marzo.
Acercar la domótica a todos los rincones del hogar y demostrar la infinidad de posibilidades que dicha innovación trae es uno de los retos de JUNG y Sara Folch. En la primera edición de la feria de diseño y arte de Madrid, MIAD, presentan To Be, un salón donde la mascota tiene su espacio, incluyendo una casita inteligente.
El fabricante alemán de mecanismos eléctricos y sistemas de automatización, JUNG, y la interiorista con sede en Barcelona, Sara Folch, se unen una vez más para acercar la domótica a todos los públicos con productos y soluciones únicos y memorables.
La caseta inteligente demuestra cómo la tecnología más puntera se puede integrar perfectamente con el trabajo de los artesanos. To Be está tapizada en piel y madera lacada, pero con un toque innovador al incorporar el controlador táctil KNX LS TOUCH en el acabado Orange Clair, uno de los 63 colores de Les Couleurs®Le Corbusier que el fabricante alemán ofrece en exclusiva mundial.
El controlador LS TOUCH permite manejar fácilmente la calefacción integrada, las luces indirectas y las cortinas automáticas. Por otro lado, también permite controlar el vestidor del perro, integrado en la parte posterior del cojín que sube y baja para guardar la correa y todos los juguetes de la mascota.
Gracias a las soluciones KNX de JUNG, las funcionalidades del espacio son infinitas, como demuestra el dispensador de pienso automático controlado desde la misma pantalla táctil. Para esta ocasión, JUNG y Sara Folch se han unido con la asociación de adopción de perros SOS Weimaraner, para colaborar en el proceso de adopción y ayudar en la financiación de la entidad con la venta de las casetas inteligentes.
No es la primera vez que el estudio de Barcelona y el fabricante alemán colaboran creando espacios completamente tecnológicos, como se demostró en La Corte de los Milagros, un extraordinario salón de belleza en cuyo centro se encontraba una mesa de grandes dimensiones que contaba con un cajón giratorio que funcionaba mediante comandos de voz, elevando el concepto de tocador a otro nivel. Otro ejemplo de colaboración entre ambos lo encontramos en Otium, una mesa de tres metros de largo con una pantalla táctil de grandes dimensiones integrada que, mediante comandos de voz, giraba y podía convertirse en una mesa de comedor, en una zona de trabajo o en un tablero para jugar a las cartas, gracias a la aparición de un tapete.
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