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18/05/2015 / Gisela Bühl / 10455

La importancia en el aislamiento de las tuberías para prevenir la legionela

El riesgo de contraer legionela aumenta en verano. Durante el período estival el agua se estanca en las tuberías, convirtiendo los sistemas de calefacción, ventilación, aire acondicionado y fontanería en un campo de cultivo ideal para la bacteria, un microorganismo muy ubicuo que vive libre en el ambiente y está presente en todos los hábitats acuáticos. Cada año se declaran en España alrededor de 1.000 casos de legionelosis. La bacteria, desde estos reservorios naturales, pasa a colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades, y a través de la red de distribución de agua, se incorpora a los sistemas de agua sanitaria, ya sea fría o caliente, y a otros que puedan generar aerosoles, tales como duchas, condensadores evaporativos y las torres de refrigeración, piscinas o bañeras de hidromasaje (spas y jacuzzis). Los errores en el diseño e instalación de los sistemas sanitarios también pueden ocasionar un peligroso aumento de la bacteria en el agua potable. Por lo tanto, una de las medidas preventivas más importantes es el correcto aislamiento de las tuberías de agua caliente y fría utilizando materiales adecuados.

El 95% de los casos de legionela no se detecta

La bacteria de la legionela puede penetrar en las instalaciones de agua potable de los edificios a través de la red de suministro principal de agua. Existen muchas posibilidades de que se multiplique en aguas estancadas a temperaturas entre 25 y 45°C. La bacteria se convierte en un peligro cuando se inhala en forma de pequeñas gotas (p.ej., como el vapor que se forma al tomar una ducha). Las personas con enfermedades crónicas, las que están confinadas en la cama, o las que tienen un sistema inmunológico débil son particularmente propensas a contraer la enfermedad del legionario, que puede ser mortal. Dado que los síntomas son parecidos a los de la gripe, a menudo la enfermedad no se diagnostica correctamente.

Una combinación de medidas para prevenir la contaminación microbiana

Existen varias medidas operativas, estructurales y procesales para evitar la multiplicación perniciosa de la legionela en el agua potable y, siempre que sea posible, deberá implementarse una combinación de las mismas. Aparte de asegurarse de que el agua circula continuamente por las tuberías, también es necesario evitar descensos inaceptables de la temperatura en tuberías de agua caliente, así como aumentos de temperatura en las tuberías de agua fría. Según la norma, las tuberías de agua potable fría no deben instalarse al lado de los conductos de calefacción o tuberías de agua caliente, ni tampoco deben pasar por zonas calientes, como armarios con sistemas de calefacción para secar la ropa. Las tuberías de agua fría deben protegerse contra el aumento de calor dejando suficiente espacio o mediante un correcto aislamiento. Similares requisitos son válidos también para proteger las tuberías de agua caliente contra pérdidas de calor.

Las tuberías calientes deben permanecer calientes y las frías deben permanecer frías

El espesor mínimo del material de aislamiento para tuberías y accesorios debe cumplir con las normativas. Ante un creciente riesgo de la legionela, las tuberías deben estar adecuadamente aisladas, por ejemplo en los casos en que las tuberías de agua caliente y fría ocupan el mismo conducto o ranura, o en los que el agua no circula regularmente. En estos casos, Armacell recomienda utilizar lo que se conoce como el aislamiento del 100%, es decir, un espesor de aislamiento que corresponde aproximadamente al diámetro exterior del tubo. En las tuberías de agua potable caliente, esto no sólo previene la legionela, sino que también protege las tuberías contra pérdidas de calor innecesarias.

Un material de aislamiento adecuado previene la condensación

Debido al riesgo de condensación, sólo deben utilizarse materiales de aislamiento de célula cerrada con alta resistencia a la difusión del vapor de agua en tuberías de agua potable fría. En la práctica, estudios de los daños han demostrado que los materiales de aislamiento de célula abierta (con o sin barrera para el vapor) no son suficientes para prevenir la entrada de humedad resultante de la difusión, por lo que no pueden ser considerados como protección efectiva contra la condensación. En dichos materiales, la resistencia a la difusión del vapor de agua se concentra en la barrera contra el vapor. Incluso en el caso de que los sistemas se hayan instalado con el máximo cuidado, es posible que no sean totalmente impermeables y que a menudo sea imposible evitar la entrada de agua. Esto significa que existe el peligro de que el aire que penetra en el aislamiento contenga vapor de agua, condensándose y mojando rápidamente el material de aislamiento. A medida que aumente la humedad en el material, irá aumentando la conductividad térmica, las propiedades del aislamiento se deteriorarán y aumentarán las pérdidas energéticas. Además, puede producirse corrosión con los consiguientes daños colaterales.

Los materiales de aislamiento de Armacell protegen las tuberías contra fluctuaciones inaceptables de la temperatura

Debido a sus excelentes propiedades técnicas, los materiales de aislamiento AF/Armaflex, SH/Armaflex y Tubolit previenen de forma fiable las fluctuaciones inaceptables de la temperatura en las tuberías, al tiempo que protegen las instalaciones contra pérdidas energéticas. La estructura de los materiales de célula cerrada previene la entrada de humedad en las tuberías y su consiguiente corrosión. 

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