La Paloma Cerámicas, líder en fabricación y comercialización de ladrillos de alta categoría en la península ibérica y una de las empresas referentes del sector de la construcción a nivel internacional, lanza su nueva campaña de comunicación en la que, por primera vez en España, un ladrillo es el gran protagonista.
Bajo el claim “150 años de tranquilidad”, esta empresa familiar originaria de Pantoja, Toledo, apuesta por las principales características técnicas del ladrillo para reivindicar este elemento histórico como solución presente y futura a los desafíos de la arquitectura. Para ello, y con el objetivo de evidenciar la resistencia y durabilidad de este material, se ha sometido a condiciones extremas de fuego, agua y presión. Concretamente, el ladrillo ha sido expuesto a altas temperaturas, simulando un incendio; al impacto de una guillotina, a las inclemencias de una tormenta tropical y a la congelación. Todo ello para que, posteriormente, vuelva a su estado original sin un solo rasguño.
Así, La Paloma Cerámicas recuerda a los profesionales de la construcción, la arquitectura y el diseño que el ladrillo, además de ser mucho más que un ladrillo, es el material que mejor responde a cualquier posible riesgo o escenario adverso, protegiendo los edificios y viviendas que habitamos. “Aunque pueda parecer simple o incluso pasar desapercibido, el ladrillo es un elemento irremplazable de nuestro patrimonio arquitectónico y, también, una solución de futuro para la construcción de la sociedad moderna. Por lo que, para que la cotidianidad no oculte su valor extraordinario, hemos tomado la iniciativa de poner en valor no solo la rentabilidad del ladrillo, sino la importancia que tiene vivir en un hogar en el que se han escogido los materiales de construcción correctos”, son palabras del CEO de la compañía, Francisco Rodríguez..
El ladrillo, a lo largo de sus más de 10.000 años de antigüedad, ha demostrado ser uno de los elementos arquitectónicos más seguros y sostenibles. Tanto en exteriores, por su resistencia a los cambios de temperatura, la erosión, los fenómenos climatológicos adversos y los efectos del paso del tiempo; como en interiores, por su capacidad para actuar como un aislante térmico y acústico, además de contribuir a la eficiencia energética de los edificios por la inercia térmica de la arcilla.
Su vida útil siempre supera los 100 años, preservando sus propiedades técnicas y estéticas con un mantenimiento mínimo, y su capacidad ignífuga lo convierte en una opción extremadamente segura para cualquier construcción, soportando temperaturas de hasta 1.200 grados sin perder su integridad estructural. Además, su versatilidad en términos de diseño permite su uso en una amplia gama de aplicaciones, desde edificaciones clásicas hasta proyectos vanguardistas.
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