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14/01/2021 / Miguel / 1879

Las cubiertas de tejas hacen frente a las grandes cargas de nieve como las provocadas por Filomena

Los últimos temporales que han azotado la península ibérica han contribuido al hundimiento de varios tejados y cubiertas ligeras. Por ello, los fabricantes de la Sección de Tejas de Hispalyt reivindican este material como el más seguro para la cubierta.

 

La cubierta del CEIP Gregorio Marañón y otros dos colegios en Toledo capital, la comandancia de la Guardia Civil en Tres Cantos, las cubiertas de pistas deportivas del Colegio Maristas en Chamberí, del polideportivo Luis Aragonés y de hasta otros 15 centros deportivos y pistas de la capital, el histórico pabellón “la Nevera” del IES Ramiro de Maeztu, parkings de centros comerciales en todo el país… Las grandes nevadas caídas en toda España por el paso de la borrasca Filomena han puesto de manifiesto la falta de seguridad de estas infraestructuras que no han podido soportar el peso adicional de la carga de nieve.

Todas ellas tienen un factor en común; ninguna está construida con tejas cerámicas, un material que una vez más ha vuelto a demostrar su seguridad y fiabilidad incluso en las condiciones más adversas.

Para Noé Román, presidente de la Sección de Tejas de Hispalyt (Asociación Española de Fabricantes de Tejas y Ladrillos de Arcilla Cocida), “afortunadamente en esta ocasión no tenemos que lamentar daños personales que es lo más importante, pero ¿qué pasará la próxima vez?, es el momento de reflexionar sobre la seguridad de todas las infraestructuras que han colapsado”.

La construcción de cubiertas y los materiales elegidos han sido puestos en entredicho por la climatología adversa. Desde la Sección de Tejas de Hispalyt recuerdan que para zonas como Madrid, Castilla-La Mancha o todas aquellas con una altitud inferior a 1.000 metros, el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece en su Documento Básico de Seguridad Estructural Acciones en la Edificación (DB-SE-AE) una sobrecarga de 0,60 kN/m2 (61,19 kg/m2). Es decir tendría que haber más de 80 cm de nieve acumulada en cubiertas para que esta colapsase.

“Sin embargo, numerosas cubiertas han caído con una carga de nieve inferior”, asegura Noé Román, “ni siquiera en el caso de nieve prensada con un peso superior que la recién caída (2,00 kN/m3) se han alcanzado los centímetros necesarios para que las cubiertas hayan cedido. Es el momento de plantearnos qué ha pasado y qué debemos hacer para evitar que vuelvan a darse estas situaciones tan peligrosas”, añade.

El grupo de fabricantes unido bajo el paraguas de Hispalyt coincide en que la seguridad estructural de otros materiales como estructuras metálicas o ligeras no es suficiente ante fenómenos climatológicos muy adversos. Algunas de estas cubiertas, como las pistas deportivas o las marquesinas que cubren parkings en el exterior no están reguladas por el CTE. Sin embargo, el temporal ha puesto de manifiesto que se necesita una normativa más exigente que regule estas infraestructuras porque el peligro para las personas es patente. “Todos nosotros coincidimos en que hay que reclamar a las distintas administraciones que incrementen las medidas de seguridad de las cubiertas de equipamientos e infraestructuras públicas. De la misma forma que creemos que es imprescindible que se realicen revisiones periódicas de las cubiertas”, afirma Román.

Además los asociados a la Sección de Tejas de Hispalyt coinciden en señalar que la seguridad de una cubierta de tejas, ante una nevada, no reside solo en los productos que fabrican, sino también en el sistema constructivo completo, así como en su adecuada instalación y mantenimiento.

Para Noé Román es importante también recordar que, además de las viviendas construidas después de la aplicación del CTE, hay millones de edificios en España más antiguos que no se construyeron bajo esta normativa. “Es fundamental que apostemos por la revisión del estado de nuestras cubiertas y por su rehabilitación en caso de deficiencias estructurales. Los argumentos para elegir una cubierta de tejas son más que evidentes”.

Su durabilidad, su resistencia mecánica y su gran comportamiento frente a fenómenos climatológicos adversos hacen de este material una gran opción si se quiere apostar por la seguridad de las edificaciones. Además de un gran comportamiento frente a cargas de nieve o granizo, los tejados de tejas aguantan, según confirman los ensayos vientos de hasta 180 km/h y lluvias torrenciales superiores a 6 litros por minuto y metro cuadrado.

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