“Este diseño aspira a convertirse en el primer campus 5G del mundo. Es un centro universitario del siglo XXI: tecnológico, accesible, sostenible, responsable y que toma al ser humano como medida”, así ha manifestado las características de su proyecto universitario Luis Vidal, socio y fundador de luis vidal + arquitectos, durante la presentación de las nuevas instalaciones sevillanas de la Universidad Loyola.
El desarrollo del complejo -con una superficie construida de 29.000 m2 y un presupuesto total de 40 millones de euros- se ha realizado en 17 meses, albergando desde el pasado 2 de septiembre a una comunidad universitaria de unas 2.500 personas entre personal y alumnado. Liderar el podio en innovación, diseño y sostenibilidad es la premisa del rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez, y del gerente de la institución, Manuel Molina, quienes también han presentado el centro.
“La concepción del campus se adapta perfectamente a las necesidades de la Universidad y permite ampliarse, modificarse y extenderse según las necesidades presentes y futuras de crecimiento”, ha destacado Vidal, quien ha explicado además que “hemos tomado en consideración la arquitectura tradicional de la zona, las necesidades presentes y futuras de la comunidad universitaria y hemos realizado un exhaustivo análisis de luz. El resultado ha sido un espacio de encuentro en la plaza central o patio, inspirado en las tradicionales plazas y patios andaluces, convirtiéndose en el corazón del campus”.
Inspiración norteamericana en el corazón de Andalucía
La integración propia de los campus norteamericanos ha servido de inspiración para la ejecución de las instalaciones, puesto que “todo está concebido para crear entornos que favorezcan los procesos de aprendizaje e investigación y facilitar, en suma, la vida universitaria”, según ha indicado el socio fundador y presidente de luis vidal + arquitectos.
Vidal ha explicado que el desarrollo personal y espiritual están en el corazón de la propuesta arquitectónica, representados simbólicamente en el eje longitudinal que recorre el campus, identificado con el conocimiento, donde se ubican aularios y espacios comunes. Por otro lado, el eje transversal remite al desarrollo humano y de relación social y en el que se sitúan la biblioteca y la capilla. En la intersección entre ambos ejes se abre una enorme plaza que se convertirá en el corazón de la universidad, como gran espacio de encuentro.
Por último, Vidal ha indicado que la estrategia de concentración en pocos edificios -eficientes y optimizados a lo largo de un eje- ha permitido aunar en una primera fase todas las necesidades de aularios, laboratorios, servicios generales y espacios comunes (cafetería y salón de actos) en un único inmueble.
En su construcción han participado más de 25 empresas, entre las que se encuentran Bovis, Heliopol, Inabensa, Iretec, Iaso, Glesa, SEI, AMS, Cubiertas Iglesias, Infatec, Andaluza de Laminados, Francisco Lucas, Tierra o Chavsa, entre otras. Asimismo, han colaborado Calter Ingeniería, AAS Ermes, Ingeniería de Instalaciones, Margarida Acústica, CSP y Cerámicas La Paloma.
Un edificio que consume un 40% menos que un inmueble normal
La sostenibilidad ha sido uno de los ejes del diseño y aspira a la certificación medioambiental Leed Gold. Así lo ha apostillado el gerente del centro, Manuel Molina, quien también ha explicado que esta apuesta se ha materializado en numerosas medidas: por ejemplo, más del 20% de los materiales del edificio provienen de usos anteriores, y más del 30% tienen extracción y producción a menos de 800 km., evitando o minorando así de forma importante los perjuicios medioambientales inherentes a los grandes desplazamientos de materiales.
En cuanto a las medidas de eficiencia energética destacan: la adecuada orientación del edificio -principalmente Norte y Sur- y el control del soleamiento (velas, voladizos) para impedir ganancias excesivas de calor a través de las fachadas; la envolvente del edificio (cubiertas, fachadas, ventanas) está muy cuidada para minimizar las ganancias y pérdidas energéticas excesivas; los colores de los materiales de cubierta son reflectantes, para evitar la acumulación del calor recibido por radiación; y la instalación de paneles fotovoltaicos con una producción máxima de 150 KWp, lo que supone una disminución del consumo energético neto del edificio.
Asimismo, en el uso eficiente del agua, destaca la construcción de un aljibe para la implantación de un sistema de recuperación parcial de aguas grises para el uso en inodoros, además de la correcta gestión del agua de lluvia en la parcela. También se ha restaurado la vegetación de la parcela con especies autóctonas o adaptadas de forma consistente con el clima local.
En conjunto, las medidas implementadas suponen que el edificio consume alrededor de 40% menos que un edificio similar cumpliendo la normativa vigente. Cabe destacar que el diseño del complejo incentiva los desplazamientos a pie, tanto por el interior como por el exterior del edificio. Esto se consigue con el diseño del paisajismo, el protagonismo de las escaleras, o la generación de itinerarios interiores agradables.
360º de movilidad a través de una App
El centro quiere ser pionero en materia de movilidad sostenible con la puesta en marcha de un Plan de Movilidad Sostenible para su comunidad universitaria. Este se desarrolla a través de una aplicación que conecta a distintos proveedores de movilidad, poniendo a disposición del alumnado y el personal una solución de movilidad intermodal 360º.
Para el desarrollo de esta App, la Universidad Loyola ha apostado de la mano de Telefónica, por la solución integral AIO (All in One), desarrollo de la startup sevillana del mismo nombre especializada en innovación en movilidad sostenible “Smart Mobility”. Esta App facilita información en tiempo real de alternativas de transporte público (metro, cercanías, autobús, etc.), y acceso a opciones privadas (vtc, taxi, o patinetes eléctricos), así como para compartir de vehículos. Próximamente, se incorporarán más opciones como las bicicletas y motos eléctricas.
De este modo, el usuario podrá acceder a las alternativas de transporte disponibles para elegir la opción más conveniente, siempre con tres variables diferenciales tales como tiempo, precio y emisiones de CO2 a la atmósfera.
Una universidad experiencial: aprendizaje, vivencia y crecimiento
El rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez, ha afirmado que “este nuevo campus quiere ofrecer unas instalaciones y equipamientos que complementen eficazmente la labor del personal y el profesorado, creando el entorno adecuado para una universidad experiencial en la que los estudiantes no solo aprenden, sino que viven y crecen como personas”.
Asimismo, Pérez Alcalá ha indicado que estas nuevas instalaciones responden al reto al que ahora se enfrenta la institución, “crecer para llegar a ser la universidad que soñamos ser; ahora mismo somos una institución potente, en crecimiento permanente”. Así, ha explicado que, para lograrlo, Loyola aún ha de crecer en estudiantes, titulaciones, actividad investigadora y servicio a la sociedad.
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