El sector del turismo avanza hacia la sostenibilidad como una exigencia del mercado. Para ello, una de las principales acciones que han de realizar es disminuir el consumo de energías fósiles y pasarse a las renovables. Sus características arquitectónicas determinan el uso de una de las mejores soluciones energéticas: la fotovoltaica. Sin embargo, empresas como el Camping Villamar de Benidorm, apuestan por nuevas fórmulas para aprovechar la energía del sol como son las marquesinas o pérgolas fotovoltaicas.
Este camping resort, compuesto por parcelas para autocaravanas y mobile homes, no dispone de cubiertas sobre las que instalar paneles fotovoltaicos, ni de terreno anexo para un huerto de autoconsumo, pero si tiene unas instalaciones aptas para marquesinas o pérgolas.
Cubierta Solar, experta en soluciones energéticas, ha elaborado un proyecto adaptado a las instalaciones. La zona de aparcamiento de este camping albergará 753 paneles con una potencia de 448,04 kWp. Una estructura de aluminio para fijar los módulos fotovoltaicos, adaptada a las medidas de los vehículos.
Una instalación moderna, con los mejores materiales, estructura de acero galvanizado y perfil de aluminio, que estéticamente encajan con las instalaciones y proporcionan sombra a los vehículos mientras nutren a los servicios del camping de energía verde. En total, se estima, que producirá al año unos 650.770 kWh. Esta energía es un 78% más barata que la de la red, y la empresa ahorra al año unos 76.833,28 €.
Esta instalación se complementa con una batería de alta capacidad de litio ferrofosfato de +1.000 kWh que permite disponer de electricidad por ejemplo a las 8:00 y a las 20:00 cuando ya no hay sol, de forma muy económica y sostenible. De tal forma que el resort no consume prácticamente electricidad de la red desde las 7:00 de la mañana hasta las 23:00 de la noche gracias al conjunto de la instalación fotovoltaica de autoconsumo y la batería.
Esta medida, además de protección de los coches del aparcamiento y ahorro en la factura eléctrica e independencia de la red, es también una medida medioambiental. La empresa reduce sus emisiones de CO2 a la atmósfera en unas 180 toneladas al año y contribuye a frenar el cambio climático.
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