Esta es la pregunta que Arquitectura en Corto lanzó durante el evento celebrado el pasado 24 de septiembre en el Espacio Arquia de Madrid.
La respuesta de la mayoría de los participantes al debate fue afirmativa, al considerar que es posible generar ventajas económicas, limitar el consumo de recursos naturales y reducir las emisiones de carbono.
El primer caso que corroboró estas tesis fue el cortometraje Gypsum Concrete, proyectado antes de la mesa redonda. El film dirigido, por Simon Pénochet, retrata el trabajo de investigación realizado por el estudio de arquitectura francés Ciguë para convertir los residuos de demolición de una obra en material para un nuevo edificio que se construye en el mismo solar. El proyecto propone fabricar el hormigón para las soleras utilizando los áridos reciclados y el yeso como aglomerante.
La película explica cómo los ensayos validan el nuevo material para el uso planteado y concluye que emplear yeso en lugar del cemento reduce hasta cuatro veces las emisiones de CO2. Andrea Sassi – comisario de Arquitectura en Corto - subrayó cómo la reutilización de los residuos es uno de los temas clave de la Bienal de Arquitectura de Venecia, actualmente en curso. Además, señaló los trabajos de Lucas Muñoz, en el pabellón español, y de Søren Philman, en el danés, como ejemplos destacados.
Durante la mesa redonda, Héctor Fernández Elorza (hfe arquitectos) presentó algunas de sus intervenciones a gran escala, en las que la utilización de los residuos de derribo fue la estrategia principal. El factor económico fue determinante en sus proyectos de espacios públicos en Zaragoza: el Parque de Valdefierro, el Parque de Venecia y las Plazas Gemelas. El coste de construir grandes muros de contención con los residuos de obras presentes in situ fue mucho más competitivo que removerlos y utilizar material nuevo.
Por otro lado, Josep Ricart (HARQUITECTES) expuso dos proyectos residenciales. El primero, una vivienda unifamiliar en Ullastret (Girona), donde las piedras de un antiguo muro en seco que delimitaba la vía pública se mezclaron con tierra, mortero de cal y aislante de vidrio reciclado para formar las paredes de carga.
El segundo, un edificio plurifamiliar de cinco plantas en Palma de Mallorca, promovido por el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI), en el que se ha reutilizado la piedra de marés del inmueble demolido en la misma parcela. Las piedras se mezclaron con mortero de cal para convertirlas en bloques prefabricados de distintos tamaños, que constituyeron unos muros de carga de hasta un metro de espesor.
En ambos casos, la estrategia fue buscar la mayor masa posible para que la inercia térmica permitiera a los edificios mantener unas condiciones de confort con el mínimo gasto posible de energía operativa.
Los procesos de minería urbana empleados en estos proyectos son también la base de los ejes estratégicos de las empresas que patrocinaron el evento. Enrique Gómez de la Peña, prescriptor y asesor técnico de Saint-Gobain, explicó que en sus plantas en España ya se está reciclando yeso, así como vidrio y aislamientos, por lo que la compañía también actúa como gestora de residuos.
Por su parte, Francisco Barrio, responsable de proyectos en Hydro, comentó que Technal ya recicla el 100% del aluminio que recoge y que el grupo está construyendo una nueva planta en Torija (Guadalajara), que permitirá duplicar la capacidad de producción de aluminio reciclado.
El acto contó, además, con el patrocinio de la Fundación Arquia y de la revista El Croquis, y reunió a más de un centenar de profesionales del sector.
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