En Torremolinos ha finalizado la rehabilitación integral de la fachada de una vivienda unifamiliar, un trabajo que ha transformado por completo la envolvente del edificio. El proyecto ha combinado dos soluciones técnicas complementarias: la instalación de un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) en las zonas que requerían mayor protección energética y la aplicación de un sistema antifisuras en las superficies que no precisaban aislamiento. Con ello se ha logrado mejorar tanto la eficiencia energética como la durabilidad y la estética de la fachada.
La vivienda presentaba una fachada muy deteriorada, con soportes envejecidos y un riesgo evidente de aparición de fisuras, consecuencia de la antigüedad de los materiales y de las condiciones climáticas de la Costa del Sol. El cliente buscaba una intervención global que asegurara la eficiencia energética, reforzara la estabilidad de los paramentos y proporcionara un acabado uniforme y resistente. Además, previamente se habían sustituido las ventanas, lo que permitió completar el proyecto con una solución integral que garantizase el máximo rendimiento del conjunto.
La rehabilitación se planteó en diferentes fases de ejecución. En primer lugar, se realizó una limpieza exhaustiva de los soportes, paso imprescindible para garantizar una base sólida sobre la que aplicar el nuevo sistema.
A continuación, se utilizó un puente de adherencia de alta calidad para optimizar la fijación de los materiales y se procedió a cubrir vigas, columnas y tuberías mediante placas de fibrocemento, con el fin de protegerlos y lograr una superficie homogénea.
En las áreas más expuestas se instaló el sistema SATE Rhonatherm® PURE-G BASIC con placas EPS de 80 mm, certificado con ETE 12/0151, que ofrece un elevado nivel de aislamiento y resistencia. El acabado se resolvió con un revestimiento Reviquarz G10, altamente resistente a la radiación solar, la humedad y el desgaste propio de un entorno costero.
Paralelamente, en las zonas que no requerían aislamiento térmico, se aplicó el sistema antifisuras de Isaval destinado a reforzar la envolvente, evitar la aparición de grietas y prolongar la vida útil de la fachada.
El resultado de la intervención ha sido una fachada completamente renovada, que integra eficiencia energética, confort y estética. La vivienda ha conseguido reducir de forma significativa las pérdidas de calor en invierno y minimizar el sobrecalentamiento en verano, lo que repercute directamente en un menor consumo energético y un mayor confort interior.
El sistema antifisuras de Isaval ha aportado una protección extra frente a patologías estructurales, garantizando la estabilidad de los soportes en el tiempo. Asimismo, el nuevo revestimiento no solo ofrece un acabado estético renovado y moderno, sino que también asegura resistencia frente a la humedad y la radiación solar, factores especialmente relevantes en la costa malagueña.
Gracias al empleo de materiales de calidad y a una correcta ejecución, la fachada requiere un mantenimiento mínimo y está preparada para mantener sus prestaciones durante muchos años. La intervención permite a la vivienda unifamiliar en Torremolinos adaptarse mejor a las condiciones de su entorno y disfrutar de una envolvente más eficiente, segura y duradera.
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