El estudio de arquitectura y urbanismo JPAM, compuesto por Jorge Perea, Amado Martín y Samuel Llovet, ha presentado su proyecto más reciente en el área metropolitana de Barcelona. Su última empresa es la avanzada residencia universitaria "Vita 22@", ubicada en Poblenou, una amplia comunidad académica enclavada en el patrimonio industrial del distrito 22@, destinada a convertirse en un "clásico instantáneo", tal como lo describen los propios arquitectos.
Este edificio de 13,500 metros cuadrados presenta un bloque horizontal de seis pisos y una torre de 13 pisos, posicionados en la esquina de la Avenida Meridiana y la Calle Sancho de Ávila.
Lo que distingue a Vita 22@ es su deliberada ruptura con el aislamiento a menudo presente en la arquitectura contemporánea, ya que establece una conexión directa con el tejido urbano establecido del vecindario. El compromiso de integrarse completamente en el contexto urbano se refleja en su fachada rugosa y vibrante, con ventanas que se abren y se transforman en espacios utilizables, efectivamente cerrando la brecha entre el edificio y la ciudad.
El diseño se inspira en el pasado industrial de la zona, conocida como el "Manchester catalán" debido a su alta concentración de fábricas a finales del siglo XIX. Por un lado, el patrón repetido de ventanas evoca el ritmo de los elementos industriales originales, como se ve en Ca l'Aranyó. Por otro lado, se adoptan y adaptan materiales tradicionales como el ladrillo de arcilla. La entrada, marcada por un gran porche cubierto de color rojo, se encuentra en la esquina de la Avenida Meridiana y sirve como un espacio transparente que conecta visualmente las áreas comunes, incluyendo la recepción, espacios de estudio, salas de eventos, áreas de descanso, cafetería y lavandería.

Este diseño crea un ambiente de "reciprocidad de miradas entre usuarios y transeúntes", según enfatiza JPAM.
La interacción entre los espacios urbanos y residenciales, públicos y privados, externos e internos se enfatiza aún más con la estrecha conexión entre el patio interior arbolado y la fachada urbana. Esta disposición permite una distribución estratégica de actividades según su uso: las áreas privadas y de reunión se encuentran en proximidad al jardín, mientras que los espacios de estudio y de encuentro se sitúan entre ambas fachadas, ofreciendo vistas en ambos frentes.
Uno de los principales desafíos del proyecto fue acomodar los diversos estilos de vida de los estudiantes cosmopolitas durante sus estancias fluctuantes. La repetición en serie de la fachada y la composición del edificio en dos bloques permitieron la creación de hasta siete tipologías de habitaciones diferentes, adaptadas a varios tipos de usuarios.
Esta comunidad se aloja en 350 habitaciones que varían en tamaño y servicios, compartiendo vistas y perspectivas cautivadoras. Algunas habitaciones ofrecen una doble vista, brindando la oportunidad de admirar tanto el patio interior como el animado entorno de Poblenou. Simultáneamente, otras habitaciones, que varían en profundidad o anchura, se abren al sereno patio interior.
JPAM enfatiza que "no existen edificios ambientalmente valiosos con poco valor colectivo" y subraya que "la sostenibilidad se logra de manera integrada, abarcando aspectos sociales, energéticos y ambientales, lo que implica dar importancia a los espacios de encuentro y relación".
En términos de eficiencia del edificio, el estudio arquitectónico toma una postura radical al centrarse en reducir el consumo de materiales y crear una estructura duradera, construida para perdurar. Esta estructura debe ser capaz de adaptarse a las cambiantes necesidades con el tiempo, construida con materiales de bajo mantenimiento que se integren perfectamente con el entorno y puedan actualizarse con cambios en colores y dimensiones.
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